Letras tu revista literaria

sábado, 9 de junio de 2007

Me parece odioso

Me parece odioso oír de boca de un señor- que fue acogido hace unos veinticinco años por este país, en el que actualmente vive y tiene su empresa- que todos los españoles somos iguales a la hora de trabajar, que contamos las horas echadas, que no dejamos pasar ni una extra gratis, y, que nos damos de baja en caso de estar enfermos.
No sé si podría definirse como xenófoba su actitud, yo diría que sí, sobre todo y esta es la máxima del pensamiento de este inmigrante, que defiende que se deben cerrar las fronteras para que dejen de acudir extranjeros a este país. El colmo de la estupidez.
Este tipo de personas y muchas otras que viven en España como cualquier español más, siguen difamando a los que, si duda, le han abierto la puertas, con ese maravilloso carácter de hospitalidad que todos los españoles tenemos, aunque contemos las horas que echamos en el trabajo y no le regalemos ninguna a la empresa.
Salvador Moreno Valencia

Los empresarios hosteleros dispuestos a hacer su agosto.

Empresarios, en su mayoría, propietarios de bares, restaurantes y chiringuitos de Fuengirola, contratan una gran parte de personal sin papeles.
La demanda es superior a la oferta y por consiguiente, se llevan a cabo, actitudes de explotación, pagando, por ejemplo, ochocientos euros por mes, que en algunos de los casos puede llegar a mil. Pero las condiciones de trabajo, están muy lejos de estar de acuerdo con las leyes establecidas (en primer lugar se incumple la ley no dando de alta a este tipo de trabajadores, por la falta de documentación). Jornadas de diez y once horas, un día de descanso a la semana, y en algunos casos ninguno.
Nadie protesta, nadie dice nada, entre otras cosas, porque los que aceptan dichos trabajos vienen para la temporada y al carecer de documentación no pueden exigir que se respeten sus derechos como trabajadores, simplemente quieren trabajar y ganar unos euros.
De cada diez contratados/as, al menos, y este dato lo he constatado, haciendo una investigación exhaustiva, siete son de origen extranjero, entre los/as que podemos hallar: Pakistaníes, Chilen@s, Argentin@s, Paraguay@s, y otras nacionalidades.
¿En qué repercute esta situación al resto de demandantes legales? En que sólo una minoría será contratada para mantener a los inspectores de trabajo alejados, y, por supuesto a los agentes de extranjería. Con lo que la explotación laboral está asegurada para otra temporada vacacional.
En éste caso se acrecienta la insolidaridad entre los demandantes y la competitividad hace estragos con los residentes o con los que tienen todos sus papeles en regla.
Los beneficiados, una vez más, no son otros, que los propietarios de los citados establecimientos.
Todo esto cambiaría si se legalizasen los demandantes, que por supuesto tienen derecho a optar a un puesto trabajo, pero que sea digno; entre todos podríamos acabar con la explotación laboral y el tráfico de personas sin papeles.
Salvador Moreno Valencia.