Ya hemos superado las 30 mil visitas y para seguir celebrando
tanto este hecho como el sexto aniversario del blog, voy a seguir publicando
algunos cuentos del libro 7 (Siete) cuentos de pan y pimiento, y que os
regalaré en formato digital el viernes día 1 de junio. Mientras tanto,
publicaré algunos de los cuentos incluidos en este libro, y por supuesto el
poema de los viernes seguirá inamovible.
El Tranvía
La niña tenía cara
de haberse tomado un limón, los ojos saltones y chicos, una naricilla
extravagante que presidía unos labios rajados y resecos bañados por una vela de
mocos; las orejas avanzadas y una barbilla dos veces más pequeña que la frente
y los pómulos pálidos churreteados de lágrimas resecas. Suspiraba compungida, tan
pronto reía, tan pronto lloraba.
El hombre que la
acompañaba llevaba una americana de color crema, sucia y llena de lamparones,
unos pantalones remendados y un sombrero negro en el que brillaba la mugre. En
su rostro un bigote cortaba sus rasgos geométricos. Su mano, morena de piel
como la cara, presionaba con sus dedos la oreja avanzada de la chiquilla que
aun así se negaba a obedecerle.
Volvía el llanto y
la mano retorcía la oreja y el llanto se hacía más intenso. Luego, cuando el
hombre dejaba de presionar la oreja de la niña, ésta volvía a reír y sus ojos
brillaban alegres.
En un despiste del
hombre la chiquilla se deshizo de la mano de éste y corrió calle abajo
perdiéndose tras un tranvía que hacía su trayecto con la puntualidad esperada.
El hombre dio por
concluida la función porque sin la niña no podía hacer que en los espectadores
se encendiera la llama de la compasión y colorín colorado este cuento ha
terminado.
Y ahora aunque no
quieras te voy a contar el cuento de pan y pimiento.
Incluido en el libro 7 (Siete) cuentos de pan y pimiento de Salvador Moreno Valencia
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