Letras tu revista literaria

viernes, 22 de junio de 2007

El pez, la boca del pez…

Una mujer cierra un ojo, y,
como un guiño se cierra el sol.

Todo parece igual, y,
tan monótono, que,
incluso,
aturde esa perseverante monotonía.

El pez, y,
un sonido como el eco del agua…

Con esa propiedad que parecen tener las aguas,
estancas;
reverberan en ella los sonidos
pareciendo venir de un lejano abismo:
azules charcas,
renacuajos evolucionados.

El pez, y,
de nuevo el ojo guiño de mujer…

Misterioso, quizá,
el placer deformado
de poseer lo ajeno.

Una sutil diferencia,
en la preferencia
de un cuerpo donde narrar
bellos capítulos de amantes emboscados…

…O componer horas
de dulces caricias sobre muslos cálidos, y,
puntiagudos montes
que asoman, a su estancia de placer;
deseos torcidos en los profundos pliegues
de un ojo guiño de mujer…

Fragancias aireadas,
escogidos pétalos,
azules hojas, -ojos- o,
rojas…
Una esencia que se adentra
en un punto exacto
como punto g de la consciencia…

salvador moreno valencia©