Letras tu revista literaria

viernes, 30 de agosto de 2013

Belleza sin nombre

Belleza sin nombre



Belleza sin nombre
pero perfecta y única…
Rosalía de Castro
Felicidad aunque sé
que existes
y no eres vano sueño:
¿no he de volver
a hallarte,
en el cielo,
en la tierra,
ni en el aire?

Belleza sin nombre
pero perfecta y única
¿no serás tú
al fin
el ángel que espero eternamente?


Poema basado en el poema “Yo no sé lo que busco” de Rosalía de Castro.

viernes, 23 de agosto de 2013

Soledad que acechas…

Fotografía de E. de Juan

I
Garras afiladas;
soledad incierta
garabateada sin voluntad propia.

Cercenaron los cuchillos
el tiempo en compañía vivido
y quemaron Las Parcas
el corazón que anhelaba seguir siendo amado.

Un solo hombre, es,
simplemente,
un hombre solo:
Ante la noche.
Ante el día.
Ante el tiempo.
Ante la vida.
Ante la muerte.

Un solo hombre es,
simple o complejamente:
Un hombre solo.

II
Viene crepitando la luz
y la bruma marítima
se alza
ocultándome tu bello mascarón:
sobre la proa de mis sueños.

III
En el laberinto de arena
caen los toros de la noche.

Sobre la arena
laberíntica de tus ojos
que brotaron como amapolas rojas
los toros de la noche
braman la muerte
de nuestro amor.

IV
Si voy
no sé hacia dónde.
Si vas
no sabes hacia dónde.
Si vamos juntos, quizás aprendamos el camino.

V
Una bicicleta de niña
azul y blanca
dos perros callejeros
una gato blanco
y los toros negros de la noche
acechando con sus bramidos
como puñales afilados.

VI
Cemento, hierro
y navajas afiladamente
azules.
Transeúntes pasan
como gotas de un río
hace tiempo desaparecido.

VII
La tarde es el momento
donde encaja la mortaja
del mundo en este esqueleto
que cree, vanidosamente, ser alguien.

La cosecha descansa
sobre la era del tiempo
para abrazar el olvido.

Escrito en las páginas en blanco de un poemario de Antonio Machado, en al año 2010, por Salvador Moreno Valencia.



viernes, 16 de agosto de 2013

Embriagarnos de sexo


Ven esta noche a mi puerto
desde allí partiremos por mares de lujuria,
anclaremos en alta mar para bañarnos con las sirenas y Neptuno,
ven que zarpemos...

Déjame llegar hasta tu popa
para introducir mi mástil en tu gruta,
despacio, milímetro a milímetro irás sintiendo,
mis venas dilatadas latiendo
contra las paredes de tu caverna...

Ven, ven y embriaguémonos de sexo...

Del poemario inédito Sin sexo no hay sirenas en el mar, escrito en una tórrida tarde de terral, ese viento que enciende los cuerpos...