Letras tu revista literaria

domingo, 30 de diciembre de 2012

Poema para la Paz


En las tardes que contemplocaer el sol en el horizontesentado en el montemiro la línea que separala tierra del cielo.Mientras piensoque mucho más allácaen bombas segandola vida a miles de inocentes,bombas que reparten su metrallapor cuerpos ajados de miseria.El sol se enrojece de sangre inocente,la línea que separa el cielo de la tierramuere en las manos de niños descalzos,de niños que contemplancaer el sol de sus vidas.El cielo se cubre de sangre,violenta luz, violenta insignia,violenta la mirada de niños descalzos.Occidente fabricante de muerte,dolor, destrucción, la vida segadapor hombres oscuros quetras sus mesas de despachomiran miles de números,números, muertos que cotizanen sus ruines bolsas.Cada segundo mueren miles de seres,cada segundo quedan abandonadosa la deriva  los niños de la guerra.Niños que ven caerel sol de sus vidas,la de sus padres, amigos y vecinos,niños de ojos tristes,de llanto amargo, de rostros duros.Occidente crea los soldados de la paz,la paz no se alcanza con soldados,se alcanza con poemas, con amor,con balas de corazón,balas de solidaridad, balas de abrazos,balas de abrigo, de pan, de leche,balas de justicia.El sol se va ocultando en el horizonte,y sé que más allá,tras la línea que separa el cielo de la tierra,caen bombas que matan,bombas que condenana los inocentes a la miseria,a la muerte, al desaliento.Y un niño ve caer el solcon sus grandes ojosaterrados, ve el holocaustode su vida.Una bomba ha acabado con la vidade toda su familia,entre el fuego desaparecenlos restos de sus padres,de sus días, de sus noches,de sus sueños.Tiene sólo siete años,y las bombas que occidentefabrica han matado su vida.Ahora mira caer el solen lo alto del monte,siente frío,pero no tiene abrigo, ni amor,ni el calor de sus seres queridos.Y el cielo se tiñe de sangre,de la sangre derramadapor miles de inocentes.salva moreno valenciaEscrito en marzo de 1.999


viernes, 21 de diciembre de 2012

Zaguán



He pensado durante mucho tiempo sobre la poesía, la métrica, la rima y el ritmo establecido, para que un poema sea eso, un Poema.

Pero en los poemas que componen este pequeño cuaderno o en la mayoría, no existe medida ni regla alguna, son versos que cabalgan por los caminos de las emociones, de los sentimientos, palabras que no pretenden más que llegar al corazón del lector.

Aquí expreso mis emociones instantáneas, efímeras; confabulaciones de amor que salen del interior, brotando cual manantial en plena sequía, sin forma, norma, ritmo, o medida, establecidos. Sólo sentimientos, emociones que me hicieron llorar, reír, y encolerizar. Denuncias de injusticias; batallas perdidas por amor; desolación sufrida por desamor…

Tras meditarlo durante varios años, al fin, decido lanzar al aire estos poemas en esta aventura que es la poesía en la que he contando lo que llevo dentro. Sentir, vivir emociones que percibo: salvajes, naturales, puras.

Por ello quiero mantener la definición de este cuaderno que reviso después de diez años como Cuaderno de Poemas Bastardos cuyo título es Barro en los zapatos.



Este poemario titulado Barro en los zapatos lo escribí entre 1996 y 1997 y se publicó en 1997.

AHORA PUEDES LEERLO TAN SOLO POR 1 EURO: COMPRAR

Te convido a vivir


Te convido a vivir
a que vivas
a que sientas en ti los rayos del sol
a que busques las razones
y los tres pies al gato
te convido al amor
a las horas felices
a compartir el miedo
que te hace y te deshace
te convido a pasar años
días y noches disfrutando de la risa
te convido a beber y brindar por la libertad
por los amores locos
por la felicidad tan efímera
como eterna
te convido a sentir el milagro de la vida
el milagro de estar vivo
te convido
si tú me convidas a pasar los días y las noches
en tu lecho de amor
en tu alabastro de esplendor
te convido a soñar con las nubes
el sol, la luna, y las estrellas
que renacen en tu corazón
te convido a no ser hipócrita
a ser tú.


Post patrocinado por LetrasTRL




domingo, 16 de diciembre de 2012

EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD


Salvador Moreno Valencia
 Tenía diez años, ojos azules, el pelo rizado y dorado como el trigo espigado en la campiña antes de ser cortado. Vestía pantalón ajado por la miseria, un suéter azul con rayas blancas de mangas largas que le sobrepasaba las rodillas.

Su madre trabajaba limpiando escaleras por un mísero sueldo; su padre tenía como ocupación darle a la botella y propinarle palizas a su mujer cuando llegaba embriagado.

La niña se ocultaba tras unos cartones cuando veía a su padre maltratar a su madre, muerta de miedo no le salía ni un sollozo. Una tarde fue con su madre al centro de aquella maravillosa ciudad, donde ya brillaban las luces de la Navidad y los escaparates relucían llenos de artículos inalcanzables para ella.
Cogida de la mano de su madre, miraba con un brillo en sus ojos que iluminaba más que alguno de aquellos árboles llenos de bolas de cristal y de luces que parpadeaban como estrellas.

En un remolino de gente se soltó su pequeña mano de la de su madre. De repente se detuvo frente a una fuerte y cegadora luz.
Delante de ella, tan cerca que podía tocarlo, estaba aquel gordinflón con rosadas mejillas, con enormes barbas blancas vistiendo un traje rojo, sentado en un trineo tirado por renos que miraban la muchedumbre con ojos redondos donde Rocío pudo mirarse como si fueran espejos.

El hombre vestido de rojo la miró y con un guiño le pidió que se acercara. La cogió en sus brazos. Rocío sintió el calor que desprendían sus brazos; blancas barbas que nacían de las sonrosadas mejillas como chorros de agua plateada por la luna la enredaron con tacto algodonado.

Su madre apareció entre la muchedumbre, se acercó y abrazó a la pequeña que miraba a los renos con los ojos muy abiertos. El hombre del traje rojo se despidió de ella con un beso en la mejilla. Madre e hija se alejaron por la avenida mirando de vez en cuando hacia atrás

Esa noche Rocío se durmió feliz pensando en su aventura.

Dibujo realizado por Jessica Sánchez
Rocío se despertó con los gritos de su padre que una vez más llegaba borracho y le estaba pegando a su madre. Se levantó despacio y se asomó tras la cortina que dividía aquella chabola en dos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, una rata cruzó la calle, Rocío se refugió entre sus mantas, a pesar del miedo el sueño la venció. Soñó con un trineo tirado por renos volando bajo el cielo estrellado.

Este cuento ha sido patrocinado por LetrasTRL: http://www.alvaeno.com/letrasTRL.htm


viernes, 7 de diciembre de 2012

Regalo de poemario

Para celebrar que este blog ha llegado a las 40 MIL VISITAS, os regalo mi poemario Enredos salvajes en las olas encrespadas de tu vientre, solo tenéis que hacer clip aquí: BAJAR GRATIS

Gracias a todos por leerme y seguirme.

Saludos


Salvador Moreno Valencia






domingo, 2 de diciembre de 2012

A veces sueño con un infinito imposible

Fotografía E. de Juan



A veces sueño con un infinito imposible
Que me arrastra a la losa fría de mármol
Y despierto
En sudor navegando
Con los ojos pupilas
Dilatadas y rojo
Inyectado como una
Secuencia de vidrio.
Luego la inmensa paz
De un mar en calma
Que me mira
Con los grandes ojos azules
De mi hijo, la
Ilusión y la Esperanza,
Los días luminosos
Contemplan la aurora
Y el crepúsculo lento
Tiñe las horas de
Un dulce e intenso
Olor putrefacto.

Me deforma
Tu ausencia
Y la presencia de mis canas
El olvido de un rato
Y/o el momento
Del encuentro
Otro olvido
Que exaspera éste elemento
Quieta la quietud en vela
Que luce azul afilado
De otro tiempo
Y duermevela insatisfecha
La hora que pasa y apura
El tiempo, corre, corre
Despavorido atrapándome
En un cristal de arena
Reloj que clava
Sus agujas en mi sueño.

Del poemario Tenue Poseidón, de Salvador Moreno Valencia