Letras tu revista literaria

jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Quién va?

En ti las horas se consumen, y ahora formas parte de mi vida consumiendo las mías...

viernes, 24 de diciembre de 2010

13 náufragos, de Salvador Moreno Valencia



Embarque
Embarcar es la meta. Todos sus ahorros, fruto de años, los invierten en el sueño de llegar al otro lado: la tierra prometida.

Son miles los que arriesgan sus vidas; mujeres, niños, y hombres que desesperadamente buscan un lugar donde se les trate dignamente. La mayoría de ellos conocen lo que van a encontrar porque lo han oído, e incluso, algunos, lo han visto.

El mar está lleno de cadáveres, pero parece que a nadie le importa. Europa tiene la actitud hipócrita y cínica de mirar hacia otro lado, o, todavía peor, destinar millones de euros a la construcción de muros, a la vigilancia de las costas y a la deportación.

Pese a las dificultades, la desesperación de los seres humanos que arriesgan la vida en la travesía, es mucho más terrible que las murallas a las que habrán de enfrentarse, primero serán las físicas, luego, las peores de ellas, las psíquicas: la intolerancia, el odio, el desprecio…

Con este poemario de los 13 náufragos quiero aportar mi granito de arena, para que no caigan en el olvido los miles de seres que desaparecen cada día en el mar por alcanzar un sueño.

Que ningún hombre en la tierra se defina como ilegal, o sin papeles. Todos hemos nacido en esta tierra, y de ella debemos vivir, y en ella debemos compartir los bienes, y en ella debemos luchar para que la igualdad entre los hombres sea un hecho, no una falacia.

Para que se respeten los derechos humanos en todo el planeta, gritemos ¡BASTA!, unámonos en pos de la paz, la justicia, la libertad. Caminemos hacia la humanización, no hacia la animalización.

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Leer el poemario completo en Letras Uruguay

También pueden bajarlo o leerlo en:

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mi poema "Un rato de olvido" ha sido finalista DEL X PREMIO DE POESÍA EL ERMITAÑO

Un rato de olvido



Al tiempo le hacen ilusión

las musarañas; las del olvido;

frecuentes hilos de memoria,

arrojados al oscuro abismo,

los Albures danzan

en la niebla de la tarde;

tú haces planes de futuro;

yo me quedo hipnotizado

mirando musarañas;

en un rincón arden

los restos;

fotografías, objetos y

sueños oxidados.



FALLO DEL X PREMIO DE POESÍA EL ERMITAÑO


El jurado del X Premio de Poesía “El Ermitaño”, compuesto por: Rafael Esteban Poullet, Felipe Lamadrid, Verónica Pedemonte, y Jesús Graván, reunidos el día 6 de diciembre de 2010 a las 13:00 horas, comunica que debido a la calidad similar de algunas de las obras presentadas al premio, sin que según el juicio del jurado, ninguna de ellas lograra destacar sobre las otras, tras horas de deliberación y con el objetivo de no declarar desierto el premio en su X edición, acogiéndose al punto 11 de las bases convocatorias, ha concluido y decidido realizar el siguiente fallo:



• Se designan cuatro obras ganadoras y cinco finalistas. De cada obra ganadora, serán seleccionados por el jurado diez poemas. De cada obra finalista, serán seleccionados dos poemas. Con los poemas seleccionados, siempre y cuando el autor lo autorice y esté conforme, se realizará una antología poética, cuya edición, en un principio, será digital, debido a las dificultades técnicas en las que nos encontramos en estos momentos, pero manteniendo la opción, en el futuro, de realizarse una edición impresa.



GANADORES:



- Anzuelos, de José Manuel Sandrodi.

- Swan, de Leticia Camacho Calvo.

- Desnudo Pasajero, de Julio Castelló Alonso.

- Desnudar Nombres, de Agustín Calvo Galán.



FINALISTAS:



- Charadas, de Francisco Quintero González

- ¿HAY ALGÚN DIOS AHÍ?, de Juan Manuel Alcedo Alcedo.

- La noche más larga del mundo…, de Francisco Javier Martín Rodríguez.

- Un rato de Olvido, de Salvador Moreno Valencia.

- Hojas, de Regla Ortiz Mogollón.

viernes, 10 de diciembre de 2010

El tránsito

Salvador Moreno, escritor, pintor Foto: E. de Juan

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Pienso el tránsito

Porque pienso la vida;

pienso la vida

porque pienso el tránsito.



Opuesto el uno a la otra,

Sin embargo,

Complementarios.



Sin el primero no es posible la segunda.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El grito

Bajo la lluvia

de gotas infinitas

las hojas otoñales

se arremolinan

sopladas por un suave

viento.



Un niño llora

en algún rincón

del mundo;

tan desgarrador

su grito

como el dolor

del que es

victima.



Al calor de una taza de té

me preguntó hasta cuándo

seguiré siendo cómplice

de la barbarie.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas

Vagamundos

Libros ilustrados

Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas

Perversiones nos ofrece una escogida selección de relatos eróticos. Autores como Neuman, Olgoso, Esquivias, Brasca o Moreno Valencia acompañados de ilustradores de primer nivel como Raulo, Martín Pardo ó J. López, nos proponen una inmersión literaria en el enigmático mundo de las parafilias.

Editorial Traspiés

foto@traspies.com

www.traspies.com http://www.vagamundos.org/

Autores


Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista, Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.



El blog

http://parafiliasilustradas.blogspot.com/

Portada






Algunas ilustraciones del libro:



viernes, 19 de noviembre de 2010

Cualquier barrio en cualquier rincón del mundo




Veo este paisaje desde mi ventana

Y creo que ha estado ahí siempre

Como una eternidad absoluta

En la que no cabe la menor duda

De otra existencia.

Los edificios con sus ojos ventanas

Y sus bocas puertas

Por las que se tragan a los inquilinos;

A las inquietas mujeres y hombres que vienen y van

Con ese eterno y cansino

Ritmo de lo cotidiano,

De lo usual, de lo establecido

Como una norma que

Nos abraza y atrapa

En su brazos asfixiando nuestras expectativas

De libertad.

Libertades distintas de las

Del hoy, día a día,

Ritmo monocorde y decadente

De los seres humanos

Que han hipotecado

Sus ilusiones, sus deseos

En pos de una falsa deidad,

Tan irreal, tan perversa

Que los destruye, sin que ellos

Puedan reconocer sus fracasos.

Veo, desde mi ventana

Enormes edificios

Que se me antojan

Cajas de zapatos en las

Que un niño jugando

Ha abierto ventanas

Para entretenerse.

Enormes cajas

Que acogen enormes pesares

Y enfermos se duermen

Los hombres

Pensando en un mañana mejor.

Sueñan con el fin de mes,

Con la paga, con comprar,

Gastar, gastar, malditos.

Ahora que ya somos

Más simples y dóciles clientes

Ríen y suenan las voces que salen

Por las ventanas.

Suenan mecánicas

Como de otro mundo

Y son las voces que llegan de las ondas,

Luces azuladas, rayos catódicos,

Se fugan por las ventanas y las voces,

Que a veces coinciden,

También se fugan por las ventanas

Hacia una incierta realidad

Volando sobre calles solitarias

E iluminadas con un color

Amarillo que invoca a la nostalgia.



II



En algún rincón de este barrio

Oigo la algarabía que hacen los chiquillos

En el patio del colegio.

Quedan en ellos las esperanzas,

Las ilusiones, los deseos

De que cambien el mundo,

Que hagan un lugar

Más digno para habitar,

Un lugar donde lo primero sea el amor.

Que vuelvan las princesas y dragones

Y los cuentos y leyendas

Que llenen nuestras noches de sueños y

Desaparezcan las pesadillas

De éste cruel monstruo

Del consumo.



III



Todo se evapora

Y desaparece como

Estar en una realidad

Incierta o en una irrealidad

Cierta,

Como una nube o una cita

Empeño mis ojos en tu

Cuenta corriente y suben

Y bajan los intereses

De la epidermis y rojos

Los poros de hielo se

Azulan madre selvas

Y siempre muertas y

Doncellas envían sus

Últimos suspiros a

Un verano que flota

En el espeso aire

Que canta a la derecha

Y a la izquierda de

Ese fatídico dios.

Me evaporo y vuelvo

Al lugar de donde vengo,

La nada.



IV



Se acaba el tiempo

Y sigue la nada

Y el silencio y

El ulular de los

Vientos chocando

Sobre rocas,

Y amanece en la nada

Una memoria esclava

Se evapora y muere

No hay nada, no hay

Aire, agua ni perdón,

Los hombres recogen

Sus inquietudes

Y se descabalga un jinete amorfo

En el espejo de la luna.

Tiempo hacedor, te vas,

Pero sigues.

Yo ya soy ausente

Y olvido.

Luego Nada a la que vuelvo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Dos abismos gemelos

Saltan alegres los hombres


Altas nubes oscuras

Lluvias torrenciales acechan

Velando la visión del

Alma.

Dando la vida

Obsequiada a la

Razón y a la locura.



Salen alegres los hombres

A la luz desde el abismo

Luces llenando la

Vida, luces llenando las

Almas.

Dones de toda existencia

Obsequiados para los caminos

Retornos idénticos, siempre furtivos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

La insatisfacción

La lluvia, para algunos,

paréceles triste, y

se derrama en su corazones

la melancolía como una cucharadita

de miel

sobre una humeante taza

de té.

Lloran en un gesto comparativo

como queriendo ser lluvia también.

Pero la lluvia cae ajena a ellos,

y,

seguirá cayendo,

ni triste

ni alegre

sino siendo un detalle más

de este grandioso escenario

donde interpreta sus mejores obras

la naturaleza.



El otoño, para otros,

paréceles triste, y

caen sobre sus corazones

las doradas hojas

iluminando las sombras,

pero ellos

sólo sienten tristeza.



El invierno, para aquéllos,

paréceles frío y lúgubre

como si en sus ojos

las lágrimas

se convirtiesen en carámbanos

de un azul brillante que,

lejos,

para ellos,

de parecerles bellas lágrimas de Océano,

parécenles horribles y funestas dagas.



La primavera y el verano, a éstos,

parécenles alegres y jubilosos,

sin embargo hasta la belleza de ambos

se les antoja insuficiente.



Tanto los primeros, como los segundos, los terceros y los últimos,

padecen una tristeza de corazón

de la que no saben desprenderse.


jueves, 28 de octubre de 2010

Los delitos menores

Los delitos menores pasean

por los pasillos del juzgado.

Se sientan, fuman,

se levantan y sueñan:

¿qué será eso que llaman libertad?

viernes, 22 de octubre de 2010

Amargo trago

La espera en el callejón sin salida de la botella,
y me dormía con el dulce sabor de sus labios ausentes. 

La veía en los cubitos
de hielo en el vaso de  ron:
onírica;
fundición, fragua de mis deseos.

La aspiraba en cada  calada de cigarro,
llenaba mis pulmones de ella,
tosía en las noches frías
sin su boca en mis labios.

La llenaba lentamente
de líquido de Baco
y vaciaba su interior en el callejón sin salida
de la botella que me absorbía.


sábado, 9 de octubre de 2010

Dieciséis primaveras


Ella era ante el espejo
Una tierna mirada
De profunda belleza;
Pero sus ojos
Veían monstruos
En vela acechando
Para su golpe efectivo.
Ella era bella
Pero se sentía horriblemente
Fea;
Luego la abandonó
Su autoestima
Y soñó pedregosos
Caminos;
Se tatuó con sangre
Sobre sus azules venas
Una cuchilla afilada
Que la devolvió
Al mundo de las marcas,
Malvadas Hadas de este tiempo.

Del Poemario Tenue Poseidón

jueves, 30 de septiembre de 2010

Llega el otoño




Por aquí se doran las atalayas de los árboles y la alfombra de hojas caídas retorna a la memoria y rescata de ella paisajes de castaños vestidos por los infinitos colores del otoño, tan cálidos y sugerentes como el cuerpo desnudo de la amante sobre la que han caído las hojas del tiempo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Agua




¿A dónde iré con el paso de los días?
¿A dónde la corriente me lleve?
¿Es corriente de agua, ese sinuoso movimiento de tus caderas?
¿Son olas tus ojos que se asoman al mar?

Agua, agua que late en ti.
Agua, agua que me azota.
En los reflejos brillantes de una gota de lluvia, agua.
En los destellos de una lágrima, agua.
En las hojas de los árboles, agua.

Agua, agua que late en mí.
Agua, agua que te azota.
Eres riachuelo que nace en mis labios
y muere en el mar de mi amor.

Eres la tormenta, y el rayo
que parte mi voz.
¡Agua, si yo fuera agua!


viernes, 10 de septiembre de 2010

Déjame



Déjame llegar a tu puerto frío.
Déjame calentarlo con el viento de mis velas,
déjame encallar mis días, y mis noches en tu amanecer de arena.
Déjame que yo también te sueñe en el universo,
donde la realidad se confunde con los sueños,
donde somos como estrellas que lejanas
se sienten, se aman.
Déjame encender la hoguera,
calentaré tu frío corazón.
Déjame que baje el sol
para que llene de luz la oscuridad de tu pensamiento.
Déjame que abrace la distancia,
para acercar tus besos a mi boca.
Déjame que sienta el latido de tu corazón
en mi pecho.
Déjame que sienta la respiración de tus labios
tan cerca que se confunda con la mía.

Del poemario Barro en los zapatos de Salvador Moreno Valencia

jueves, 2 de septiembre de 2010

Tras la estela de tus pasos

 Fotografía de E. de Juan

Sigo la estela de tus pasos
aunque pienses que ya te he olvidado, yo a ti no, y espero que tú tampoco a mí.

Eres un torbellino, o un tornado, por donde quiera que pasas dejas huella, y aunque pienses que no,
aún persiste en mí la que dejaste en mi corazón.

Sigo tu estela de gran persona, de esas, que yo sé, y que tú también sabes, no les cabe el corazón en el pecho.

El camino nos llevó por derroteros distintos, pero aún así, sigo tu estela porque la huella que dejaste en mi corazón todavía persiste.
Salvador Moreno Valencia

sábado, 31 de julio de 2010

El escritor inédito

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Por Salvador Moreno Valencia
Poco a poco se iba convirtiendo en el escritor que siempre había soñado ser; pero a pesar del trabajo realizado, tenía la sensación de que no había aprovechado el tiempo, y que toda su obra se iría a depositar en los rincones del ostracismo, condenándolo de este modo, a él, al escritor, a vagar por la eternidad entre sus textos inéditos.

domingo, 18 de julio de 2010

Desconocidos viajeros

Por muchos muros que construya la intolerancia de los hombres,
siempre habrá una grieta por la que podrá colarse la esperanza.

Soy hombre de tierra,
por primera vez navego,
tengo sed, hambre, y frío.

Somos almas afligidas
que atrapadas por un sueño,
navegan hacia la orilla de Ítaca,
esperando ser recibidos
por Penélope.

Por muchos muros que construya la intolerancia de hombres poderosos,
más derribarán las esperanzas de hombres honestos.

Del poemario 13 Náufragos de Salvador Moreno Valencia

miércoles, 7 de julio de 2010

Ayer, hoy y mañana




Ayer me sorprendió el huracán de tu amor.
Hoy me sorprende el huracán de tu olvido.
Mañana, mañana, quizá,
me sorprenda la desesperación.

Del poemario Barro en los zapatos 1997












Fotografía E. de Juan

viernes, 18 de junio de 2010

Homenaje a José Saramago

Las palabras son nuevas

                                         palabras nuevas nacen cuando

                                          al aire las lanzamos  en cristales

                                            de suaves  o  duras                                            resonancias.

                                          Somos igual que los dioses
                                         
                                          inventado señales

                                         desde la soledad del mundo ,

 

                                                            José Saramago

sábado, 12 de junio de 2010

Reflexiones en el limbo: Glandes en su salsa

Reflexiones en el limbo: Glandes en su salsa

Glandes en su salsa



El escultor al ver aquellas zanahorias en el mercado pensó en penes esculpidos. 

Las compró y esculpió sobre ellas glandes tan reales que parecían verdaderos. 

Por la noche llegó su invitada. El anfitrión descorchó el vino escanciándolo en un recipiente de cristal de Majórica, luego sirvió penes cocidos con salsa de zanahorias.

Pequeños copos de nieve siguieron danzando en la calle.

viernes, 21 de mayo de 2010

Ayer, hoy y mañana



Fotografía E. de Juan


Ayer me sorprendió el huracán de tu amor.
Hoy me sorprende el huracán de tu olvido.
Mañana, mañana, quizás,
me sorprenda la desesperación.

Del poemario Barro en los zapatos, publicado en 1997, autor Salvador Moreno Valencia

jueves, 13 de mayo de 2010

Restos



Restos I

Yo soy un resto
de unas piernas
y unos brazos,
y no me queda tronco
donde asentar la cabeza.

Yo soy el náufrago
que se estrella cada noche
en esas playas de blanca arena.

Yo soy pedazos rotos de una esperanza.

La barca se hunde,
caemos a un inexplicable vacío
donde reina una tenebrosa oscuridad.

Yo soy el sol de rayos encendidos.

Del poemario 13 Náufragos

domingo, 2 de mayo de 2010

La piel tatuada



En el punto donde nace la columna
de tu cuerpo
se divisa un tatuaje
en la popa de tu barco
introduzco mi ancla
con mis dedos arcaicos
acaricio tu centauro tatuado.

martes, 27 de abril de 2010

EL EMBARCADERO


Fotografía de E.de Juan

El viejo embarcadero, está
Como tantos otros; cansado.
El viejo embarcadero se
Sumerge en las aguas del lago;
De cualquier lago donde brillan
Opacas sus negras aguas.
Hay movimiento de libélulas
Que sortean con sus transparentes
Alas, florecillas silvestres.
Yo pienso, miro el horizonte
De árboles verdes y puntiagudos
Que señalan al cielo como flechas
Vengadoras;
Y,
Las aguas mansas acarician al viejo embarcadero;
Hace ya tanto tiempo
Que las barcas oxidadas navegan por los sueños...
El viento suave y lleno de pájaros.
Hondos y próximos
Caminos se pierden en un laberinto de bosques.
Un motor suena a lo lejos,
Y un coro de distintos
Sonidos de aves flota en el aire
Como una musaraña.
Las casas como solitarias islas
Enseñan sus luces
En las ventanas;
Hilos de humo
Emergen de sus tejados y
En el cielo de óxido
Una tarde se desprende
Del vaporoso día amortajado;
Cinceles de Artista en las plumas del viento.
Esculpe la tierra colores
Sobre el agua y las maderas
Troncos de verdes ramas
Encienden la niebla,
A lo lejos, nuevamente, me detengo
Y unos ojos me miran,
Simplemente, me miran.
En el granero posan sus patas
Los grises cuervos y
Como urracas negras
Vacas dan lamentos
En el prado.
Yo disiento y caigo
En la maraña, musaraña
De mis ojos, miro, observo
Y guardo silencio.
En la orilla dos jóvenes
Se divierten con sus trajes
De baño, y, un pato se deja
Llevar por la corriente.
Los gritos de las locas
Gaviotas se mezclan con
Los de una bandada de grajos.
En el horizonte hay sirenas
De arena custodiadas
Por un Fauno.
El sol se asoma tímidamente
Manchando con dorados trazos
Las aguas de este lago y
El viejo embarcadero sigue
Viendo pasar el tiempo
De oxidadas barcas en el cielo.
Una nube de mosquitos
Baila su danza y
El viento los arrastra
Hacia cuerpos tumbados
Al sol.
Corre el hielo por la punta
De hierro oxidada, de
Tiempo la hora maga
Que ésta luz deshaga
Cobardes contradicciones
Y luchas para nada;
Si vuela el pez,
Al de diez, con un
Guiño yo me subo
A la sirena de arena que extendiendo sus alas
Me invita a volar por los sueños.
Digo adiós a éste viejo embarcadero,
Sobre tablas que envejecen y
Oxidan su tiempo al sol.
Me voy, compro champagne.
Luego me evado y
En familia oigo voces en Babel,
Que hablan o discuten y aun
Sin entender nada
No me pierdo en absoluto
Que de trivialidades
Ya tengo un saco
De conversaciones vanas.

Del Poemario Tenue Poseidón
Salvador Moreno Valencia©
 

domingo, 18 de abril de 2010

Manzanas prohíbidas




Manzana con macas

Soy un gusano en la manzana hueca del tiempo.

Manzana prohibida

Miraba, esta tarde, por el ojo de una aguja, y allí, tras el infinito agujero pude ver, pude contemplar en toda su extensión el huracán, sí, el ojo del huracán que me guiñaba desde el pasado que se convirtió en presente y futuro para derrotar, a la vez, las mismas raíces del mismo: el tiempo, Adán escupió el bocado de Eva.

Manzana profiláctica

Si los gusanos me engulleran, mis dientes blancos serían cornejas,
o viejas urracas muertas.

Salvador Moreno Valencia©

sábado, 10 de abril de 2010

En mi mente

El monstruo se retuerce allá abajo
en mis entrañas suenan las vísceras  
devoradas, sangrientas,
el holocausto
no ha terminado 


Último poema de mi novela Buscando versos malditos

Pintura de mi autoría sin título.

domingo, 4 de abril de 2010

El misterio

 Foto E. de Juan

Tus ojos me miran con esa expresión entre perdida y compasiva
porque crees que soy un pobre desdichado
no sueñes con otros mundos paralelos
tres son uno, en uno vivo y en los tres muero

Poema incluído en mi novela Buscando versos malditos

viernes, 26 de marzo de 2010

El cónsul de Modogonor


Tengo una cita con los cónsules de Modogonor, país lejano e incierto, tan incierto que no se sabe con certeza si existe o no, pero sé que uno de sus reyes es Atanuminto Corilibri, que se destacó en la época panucarisa por sus ataques de risa, con lo que consiguió disuadir al pueblo de derrocarlo por serio.
salvador moreno valencia©

Fotografía del reino de Modogonor By: E. de Juan :



viernes, 19 de marzo de 2010

Tres orgasmos




Las nalgas de Casiopea

Ella se sentó a horcajadas. Él la contempló con su periscopio enhiesto como si fuera una estrella. La sombra del vello púbico lo hizo temblar. Pequeños copos de nieve comenzaron a danzar en la calle.

Glandes en su salsa

El escultor al ver aquellas zanahorias en el mercado pensó en penes esculpidos. Las compró y esculpió sobre ellas glandes tan reales que parecían verdaderos. Por la noche llegó su invitada. El anfitrión descorchó el vino escanciándolo en un recipiente de cristal de Majórica, luego sirvió penes cocidos con salsa de zanahorias.
Pequeños copos de nieve siguieron danzando en la calle.

Vello púbico

Negro mentón de oro negro como una gruta misteriosa se asomaba con cierta timidez sobre el elástico de la braguita que la morena exhibía en su pretensión de que se viera su recién tatuada araña, justo a la derecha del principio de aquella selva, en la que cualquier cazador podría aventurarse con la posibilidad de ser devorado.
Pequeños copos de nieve dejaron de danzar en la calle.

sábado, 6 de marzo de 2010

El misterioso libro



Las hojas de las palmeras de agitaban como bailarinas extasiadas en un danza infinita sopladas por el viento que feroz ululaba como un desposeído de la razón. Al fondo de la pequeña calle apareció la negra silueta de una persona. Solitaria la calle, azotadas por el viento las farolas creaban una tenebrosa escena de figuras chinescas. El agua caía con fuerza precediendo a otro diluvio, menos bíblico. La figura se fue haciendo enorme al ir acercándose. Un hombre de dos metros de altura, con el rostro redondo, los ojos entrecerrados por efecto inconsciente, las manos dentro de la gabardina de color gris oscuro. Los labios apretados en un rictus casi beatifico, las mandíbulas apretadas como queriendo retar al viento y a la lluvia. Su sombra se hizo omnipresente zigzagueando se deslizó hasta la esquina. Las hojas de las palmeras siguieron su danza endiablada como bailarinas rusas en decadencia y dopadas con alguna botella de vodka.

Cien metros más abajo. El viejo librero decidió dar por acabada su jornada laboral, aunque él era de esos lectores empedernidos que viven, trabajan, y mueren por la literatura, lo único que le había faltado, al viejo librero, había sido haber tenido la capacidad de escribir, cosa que había sido imposible, sin embargo era un lector incansable, un roedor de galeradas como el viejo Borges, un infatigable lector ávido de lectura; por ende, leía, leía, casi las veinticuatro horas del día. El viejo librero apagó las luces de su pequeña librería. Cerró la puerta con llave un día más, ya llevaría unos catorce mil seiscientos días haciendo la misma operación. Pero esta noche se ha entretenido algo más por haber recibido la visita de un escritor amigo de todos los tiempos, escritor que le ha dejado un misterioso libro, al menos eso es lo que le ha dicho, toma este libro Anastasie, y guárdalo bajo llave, es un libro muy valioso, pero no lo vendas, ni lo entregues a otro que no sea el doctor Paterson. Y luego de despedirse se ha ido, él se ha quedado como siempre ordenando la tienda, si a eso se le puede llamar orden, porque en la librería de viejo impera el caos, como si allí se hubiera dado cita el universo entero que se construye y destruye constantemente.

La mole de dos metros con el rostro entre infantil y alelado, saca la mano del gabán empuñando un revólver, y, sigilosamente, dejando su sombra tras él como una espía misteriosa, se acerca a la librería de viejo. El viejo Anastasie termina la operación de cerrar y dando media vuelta, sin intuirlo, encara al mazacote que con el rostro algo desencajado le apunta con la pistola.

-Déme el libro misterioso que le han entregado hoy- apunta nervioso debatiéndose entre el mal y el bien, o al menos entre lo que el gentil mastodonte entiende por ello.
-Qué libro misterioso ni diablos- responde el viejo librero sin inmutarse como si su asaltante fuera un personaje de ficción y él el escritor que lo ha creado y tiene el absoluto control sobre el mismo.
-No se haga el valiente y déme el libro, no se lo diré más- amenaza el matón, temblando si cabe, aún más. Las hojas de las palmeras siguen en su danza infinita arrebatas ya de razón, y fundiéndose en un éxtasis sideral en los brazos del viento que grita en una especie de orgasmo cósmico.
-No sé de qué me habla- encara el viejo al grandullón y sin más se da media vuelta y sigue calle abajo perdiéndose al volver la esquina. El matón queda atónito debatiéndose entre el miedo a disparar, o enfrentarse a su jefe, que lo descuartizará por no haber conseguido lo ordenado. Pero, de todos modos, se dice el gigante, me descuartizaría porque si disparo a ese viejo testarudo no tendré el libro, y sin el libro mejor no aparecer ante el señor Seen.
El mazacote sigue debatiéndose en su dilema mientras el viejo librero entra en el café de Las Aguas, allí lo espera el señor Seen que hoy pagará un buen precio por el libro misterioso. Afuera, las palmeras, arrebatadas de pasión como amantes enloquecidos por el sexo, sucumben al atroz abrazo del viento. La lluvia deja gotas transparentes sobre los cristales de las ventanas de la taberna de Las Aguas, afuera se oyen disparos.



lunes, 1 de marzo de 2010

Arenas movedizas

el barco a lo lejos deja vislumbrar lo que podía ser un hilo de realidad…
la bruma de la tarde engulló la quilla del mismo y luego las velas fueron a formar parte de las nubes, el viento silbó en las rocas…   
en el horizonte negras nubes aventaban a las vacas, y un club de urracas sobrevoló los cimientos de mi existencia...
...la vida parece estar construida sobre arenas movedizas…

Poema incluido en mi novela Buscando versos malditos








Fotografía E. de Juan

martes, 23 de febrero de 2010

El delirio del viento

Fotografía de E. de Juan

abre los pétalos la flor ante la fina lluvia de tus ojos
y en la ventana caen sobre su tallo…
de avena cortado por los delirios del viento
como un grano de trigo que cae limpio al ser aventado por el hombre…

(poema incluido en mi novela Buscando Versos malditos)

martes, 16 de febrero de 2010

Gatos que en celo se deslizan por los tejados


Cuando sueño con tus besos/ besos de farra y trasnoche/cuando me hundo en tus brazos/ siento que el mundo se rompe/ vierte en mi vaso el tequila/ que nos dará la medida/ de enfrentar esta batalla/ cuando ya no nos queda vida/.
Poema incluido en mi novela Buscando versos malditos









Fotografía E. de Juan

martes, 9 de febrero de 2010

La luna oscura de tus labios


El amor es sin ti/Una luna oscura/El amor es sin ti/El comienzo de esta locura/Llena esta copa camarera/Que los ángeles me esperan afuera.

Poema incuido en la Novela Buscando versos malditos, de Salvador Moreno Valencia









Fotografía E.de Juan

viernes, 29 de enero de 2010

La leshe en polvo


-Te han dicho alguna vez que eres la leshe en polvo, o un polvo de leches?

-         Bueno sí. Una vez me confundieron con una vaca, y otra (en el colegio cuando yo tenía cinco años), me dieron leche en polvo, y yo no supe qué hacer con ella, así que me la comí con el agravante de que se me quedaba pegado, el polvo de la leche, al paladar, y no veas lo mal que lo pasé; ese día decidí fugarme de la escuela, y lo hice llevándome de compañero a un gitano (que algunos años más tarde, en una discoteca en la que yo también estaba, pero ya sin que nos reconociéramos, el gitano, le metió tres puñaladas a un compañero de mi clase, un tal Cerezo, más bueno que el pan y que aquel sábado había decido ir por primera vez a la discoteca, teníamos 18 años, el joven Cerezo murió, el gitano, cómplice de mi fuga infantil, fue a la cárcel).

Aparecimos, el gitano y yo, aquel día de la fuga cuatro o cinco horas más tarde, y a mí me calló la de San Quintín y todas las tempestades juntas. No volví a tomar leche en polvo nunca más.

Cuando yo ya había olvidado el episodio de la leche en polvo, la fuga y la paliza que me dieron, consecutivamente, primero mi madre y más tarde, cuando regresó del trabajo, mi padre, me encontré por la calle con un tipo con semblante de malo, como avinagrado de carácter, y alguien que estaba conmigo en ese momento me dijo: ese es Er Cano, el gitano que mató al pobre Cerezo. Y recordé el día de la fuga, la jauría de perros que nos acompañó, compuesta por galgos, al menos a mí me lo parecieron porque estaban esqueléticos; mi padre tenía un galgo al que se le notaban las costillas, y no era de no comer, que eso creía yo, era de constitución como decía mi padre que era cazador aficionado. Y acompañados de aquella jauría y con la ilusión y la candidez propias de esa edad, nos recorrimos el futuro asesino y yo los ríos del pueblo donde nos habíamos ido a vivir por cuestiones de trabajo, decía mi padre, y de progreso, remataba.

Ni Er Cano, ni yo en aquella inocente fuga, podíamos haber imaginado que un día, él se convertiría en asesino y yo en escritor, o lo que es lo mismo: en dos fracasados del Sistema que nos intentó amamantar tardíamente y como queriendo expiar sus pecados ( y las atrocidades que había cometido, y que en menor medida seguía cometiendo), dándonos por las mañanas, nada más llegar al colegio, un vaso de plástico y una cazo de leche en polvo que debíamos mezclar y diluir para tomar, con el fin de convertirnos en hombres hechos y derechos que pudiéramos servir a dios y a la patria.

Er Cano y yo probablemente nos torcimos porque no nos bebimos la leche, pero sí mamamos la mala leche.