Letras tu revista literaria
jueves, 30 de diciembre de 2010
viernes, 24 de diciembre de 2010
13 náufragos, de Salvador Moreno Valencia
Embarque
Embarcar es la meta. Todos sus ahorros, fruto de años, los invierten en el sueño de llegar al otro lado: la tierra prometida.
Son miles los que arriesgan sus vidas; mujeres, niños, y hombres que desesperadamente buscan un lugar donde se les trate dignamente. La mayoría de ellos conocen lo que van a encontrar porque lo han oído, e incluso, algunos, lo han visto.
El mar está lleno de cadáveres, pero parece que a nadie le importa. Europa tiene la actitud hipócrita y cínica de mirar hacia otro lado, o, todavía peor, destinar millones de euros a la construcción de muros, a la vigilancia de las costas y a la deportación.
Pese a las dificultades, la desesperación de los seres humanos que arriesgan la vida en la travesía, es mucho más terrible que las murallas a las que habrán de enfrentarse, primero serán las físicas, luego, las peores de ellas, las psíquicas: la intolerancia, el odio, el desprecio…
Con este poemario de los 13 náufragos quiero aportar mi granito de arena, para que no caigan en el olvido los miles de seres que desaparecen cada día en el mar por alcanzar un sueño.
Que ningún hombre en la tierra se defina como ilegal, o sin papeles. Todos hemos nacido en esta tierra, y de ella debemos vivir, y en ella debemos compartir los bienes, y en ella debemos luchar para que la igualdad entre los hombres sea un hecho, no una falacia.
Para que se respeten los derechos humanos en todo el planeta, gritemos ¡BASTA!, unámonos en pos de la paz, la justicia, la libertad. Caminemos hacia la humanización, no hacia la animalización.
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jueves, 16 de diciembre de 2010
Mi poema "Un rato de olvido" ha sido finalista DEL X PREMIO DE POESÍA EL ERMITAÑO
Un rato de olvido
Al tiempo le hacen ilusión
las musarañas; las del olvido;
frecuentes hilos de memoria,
arrojados al oscuro abismo,
los Albures danzan
en la niebla de la tarde;
tú haces planes de futuro;
yo me quedo hipnotizado
mirando musarañas;
en un rincón arden
los restos;
fotografías, objetos y
sueños oxidados.
FALLO DEL X PREMIO DE POESÍA EL ERMITAÑO
El jurado del X Premio de Poesía “El Ermitaño”, compuesto por: Rafael Esteban Poullet, Felipe Lamadrid, Verónica Pedemonte, y Jesús Graván, reunidos el día 6 de diciembre de 2010 a las 13:00 horas, comunica que debido a la calidad similar de algunas de las obras presentadas al premio, sin que según el juicio del jurado, ninguna de ellas lograra destacar sobre las otras, tras horas de deliberación y con el objetivo de no declarar desierto el premio en su X edición, acogiéndose al punto 11 de las bases convocatorias, ha concluido y decidido realizar el siguiente fallo:
• Se designan cuatro obras ganadoras y cinco finalistas. De cada obra ganadora, serán seleccionados por el jurado diez poemas. De cada obra finalista, serán seleccionados dos poemas. Con los poemas seleccionados, siempre y cuando el autor lo autorice y esté conforme, se realizará una antología poética, cuya edición, en un principio, será digital, debido a las dificultades técnicas en las que nos encontramos en estos momentos, pero manteniendo la opción, en el futuro, de realizarse una edición impresa.
GANADORES:
- Anzuelos, de José Manuel Sandrodi.
- Swan, de Leticia Camacho Calvo.
- Desnudo Pasajero, de Julio Castelló Alonso.
- Desnudar Nombres, de Agustín Calvo Galán.
FINALISTAS:
- Charadas, de Francisco Quintero González
- ¿HAY ALGÚN DIOS AHÍ?, de Juan Manuel Alcedo Alcedo.
- La noche más larga del mundo…, de Francisco Javier Martín Rodríguez.
- Un rato de Olvido, de Salvador Moreno Valencia.
- Hojas, de Regla Ortiz Mogollón.
Al tiempo le hacen ilusión
las musarañas; las del olvido;
frecuentes hilos de memoria,
arrojados al oscuro abismo,
los Albures danzan
en la niebla de la tarde;
tú haces planes de futuro;
yo me quedo hipnotizado
mirando musarañas;
en un rincón arden
los restos;
fotografías, objetos y
sueños oxidados.
FALLO DEL X PREMIO DE POESÍA EL ERMITAÑO
El jurado del X Premio de Poesía “El Ermitaño”, compuesto por: Rafael Esteban Poullet, Felipe Lamadrid, Verónica Pedemonte, y Jesús Graván, reunidos el día 6 de diciembre de 2010 a las 13:00 horas, comunica que debido a la calidad similar de algunas de las obras presentadas al premio, sin que según el juicio del jurado, ninguna de ellas lograra destacar sobre las otras, tras horas de deliberación y con el objetivo de no declarar desierto el premio en su X edición, acogiéndose al punto 11 de las bases convocatorias, ha concluido y decidido realizar el siguiente fallo:
• Se designan cuatro obras ganadoras y cinco finalistas. De cada obra ganadora, serán seleccionados por el jurado diez poemas. De cada obra finalista, serán seleccionados dos poemas. Con los poemas seleccionados, siempre y cuando el autor lo autorice y esté conforme, se realizará una antología poética, cuya edición, en un principio, será digital, debido a las dificultades técnicas en las que nos encontramos en estos momentos, pero manteniendo la opción, en el futuro, de realizarse una edición impresa.
GANADORES:
- Anzuelos, de José Manuel Sandrodi.
- Swan, de Leticia Camacho Calvo.
- Desnudo Pasajero, de Julio Castelló Alonso.
- Desnudar Nombres, de Agustín Calvo Galán.
FINALISTAS:
- Charadas, de Francisco Quintero González
- ¿HAY ALGÚN DIOS AHÍ?, de Juan Manuel Alcedo Alcedo.
- La noche más larga del mundo…, de Francisco Javier Martín Rodríguez.
- Un rato de Olvido, de Salvador Moreno Valencia.
- Hojas, de Regla Ortiz Mogollón.
viernes, 10 de diciembre de 2010
El tránsito
Salvador Moreno, escritor, pintor Foto: E. de Juan
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Pienso el tránsito
Porque pienso la vida;
pienso la vida
porque pienso el tránsito.
Opuesto el uno a la otra,
Sin embargo,
Complementarios.
Sin el primero no es posible la segunda.
viernes, 3 de diciembre de 2010
El grito
Bajo la lluvia
de gotas infinitas
las hojas otoñales
se arremolinan
sopladas por un suave
viento.
Un niño llora
en algún rincón
del mundo;
tan desgarrador
su grito
como el dolor
del que es
victima.
Al calor de una taza de té
me preguntó hasta cuándo
seguiré siendo cómplice
de la barbarie.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas
Vagamundos
Libros ilustrados
Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas
Perversiones nos ofrece una escogida selección de relatos eróticos. Autores como Neuman, Olgoso, Esquivias, Brasca o Moreno Valencia acompañados de ilustradores de primer nivel como Raulo, Martín Pardo ó J. López, nos proponen una inmersión literaria en el enigmático mundo de las parafilias.
Editorial Traspiés
foto@traspies.com
www.traspies.com http://www.vagamundos.org/
Autores
Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista, Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.
El blog
http://parafiliasilustradas.blogspot.com/
Portada
Libros ilustrados
Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas
Perversiones nos ofrece una escogida selección de relatos eróticos. Autores como Neuman, Olgoso, Esquivias, Brasca o Moreno Valencia acompañados de ilustradores de primer nivel como Raulo, Martín Pardo ó J. López, nos proponen una inmersión literaria en el enigmático mundo de las parafilias.
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Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista, Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.
El blog
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Portada
Algunas ilustraciones del libro:
viernes, 19 de noviembre de 2010
Cualquier barrio en cualquier rincón del mundo
Veo este paisaje desde mi ventana
Y creo que ha estado ahí siempre
Como una eternidad absoluta
En la que no cabe la menor duda
De otra existencia.
Los edificios con sus ojos ventanas
Y sus bocas puertas
Por las que se tragan a los inquilinos;
A las inquietas mujeres y hombres que vienen y van
Con ese eterno y cansino
Ritmo de lo cotidiano,
De lo usual, de lo establecido
Como una norma que
Nos abraza y atrapa
En su brazos asfixiando nuestras expectativas
De libertad.
Libertades distintas de las
Del hoy, día a día,
Ritmo monocorde y decadente
De los seres humanos
Que han hipotecado
Sus ilusiones, sus deseos
En pos de una falsa deidad,
Tan irreal, tan perversa
Que los destruye, sin que ellos
Puedan reconocer sus fracasos.
Veo, desde mi ventana
Enormes edificios
Que se me antojan
Cajas de zapatos en las
Que un niño jugando
Ha abierto ventanas
Para entretenerse.
Enormes cajas
Que acogen enormes pesares
Y enfermos se duermen
Los hombres
Pensando en un mañana mejor.
Sueñan con el fin de mes,
Con la paga, con comprar,
Gastar, gastar, malditos.
Ahora que ya somos
Más simples y dóciles clientes
Ríen y suenan las voces que salen
Por las ventanas.
Suenan mecánicas
Como de otro mundo
Y son las voces que llegan de las ondas,
Luces azuladas, rayos catódicos,
Se fugan por las ventanas y las voces,
Que a veces coinciden,
También se fugan por las ventanas
Hacia una incierta realidad
Volando sobre calles solitarias
E iluminadas con un color
Amarillo que invoca a la nostalgia.
II
En algún rincón de este barrio
Oigo la algarabía que hacen los chiquillos
En el patio del colegio.
Quedan en ellos las esperanzas,
Las ilusiones, los deseos
De que cambien el mundo,
Que hagan un lugar
Más digno para habitar,
Un lugar donde lo primero sea el amor.
Que vuelvan las princesas y dragones
Y los cuentos y leyendas
Que llenen nuestras noches de sueños y
Desaparezcan las pesadillas
De éste cruel monstruo
Del consumo.
III
Todo se evapora
Y desaparece como
Estar en una realidad
Incierta o en una irrealidad
Cierta,
Como una nube o una cita
Empeño mis ojos en tu
Cuenta corriente y suben
Y bajan los intereses
De la epidermis y rojos
Los poros de hielo se
Azulan madre selvas
Y siempre muertas y
Doncellas envían sus
Últimos suspiros a
Un verano que flota
En el espeso aire
Que canta a la derecha
Y a la izquierda de
Ese fatídico dios.
Me evaporo y vuelvo
Al lugar de donde vengo,
La nada.
IV
Se acaba el tiempo
Y sigue la nada
Y el silencio y
El ulular de los
Vientos chocando
Sobre rocas,
Y amanece en la nada
Una memoria esclava
Se evapora y muere
No hay nada, no hay
Aire, agua ni perdón,
Los hombres recogen
Sus inquietudes
Y se descabalga un jinete amorfo
En el espejo de la luna.
Tiempo hacedor, te vas,
Pero sigues.
Yo ya soy ausente
Y olvido.
Luego Nada a la que vuelvo.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Dos abismos gemelos
Saltan alegres los hombres
Altas nubes oscuras
Lluvias torrenciales acechan
Velando la visión del
Alma.
Dando la vida
Obsequiada a la
Razón y a la locura.
Salen alegres los hombres
A la luz desde el abismo
Luces llenando la
Vida, luces llenando las
Almas.
Dones de toda existencia
Obsequiados para los caminos
Retornos idénticos, siempre furtivos.
Altas nubes oscuras
Lluvias torrenciales acechan
Velando la visión del
Alma.
Dando la vida
Obsequiada a la
Razón y a la locura.
Salen alegres los hombres
A la luz desde el abismo
Luces llenando la
Vida, luces llenando las
Almas.
Dones de toda existencia
Obsequiados para los caminos
Retornos idénticos, siempre furtivos.
viernes, 5 de noviembre de 2010
La insatisfacción
La lluvia, para algunos,
paréceles triste, y
se derrama en su corazones
la melancolía como una cucharadita
de miel
sobre una humeante taza
de té.
Lloran en un gesto comparativo
como queriendo ser lluvia también.
Pero la lluvia cae ajena a ellos,
y,
seguirá cayendo,
ni triste
ni alegre
sino siendo un detalle más
de este grandioso escenario
donde interpreta sus mejores obras
la naturaleza.
El otoño, para otros,
paréceles triste, y
caen sobre sus corazones
las doradas hojas
iluminando las sombras,
pero ellos
sólo sienten tristeza.
El invierno, para aquéllos,
paréceles frío y lúgubre
como si en sus ojos
las lágrimas
se convirtiesen en carámbanos
de un azul brillante que,
lejos,
para ellos,
de parecerles bellas lágrimas de Océano,
parécenles horribles y funestas dagas.
La primavera y el verano, a éstos,
parécenles alegres y jubilosos,
sin embargo hasta la belleza de ambos
se les antoja insuficiente.
Tanto los primeros, como los segundos, los terceros y los últimos,
padecen una tristeza de corazón
de la que no saben desprenderse.
paréceles triste, y
se derrama en su corazones
la melancolía como una cucharadita
de miel
sobre una humeante taza
de té.
Lloran en un gesto comparativo
como queriendo ser lluvia también.
Pero la lluvia cae ajena a ellos,
y,
seguirá cayendo,
ni triste
ni alegre
sino siendo un detalle más
de este grandioso escenario
donde interpreta sus mejores obras
la naturaleza.
El otoño, para otros,
paréceles triste, y
caen sobre sus corazones
las doradas hojas
iluminando las sombras,
pero ellos
sólo sienten tristeza.
El invierno, para aquéllos,
paréceles frío y lúgubre
como si en sus ojos
las lágrimas
se convirtiesen en carámbanos
de un azul brillante que,
lejos,
para ellos,
de parecerles bellas lágrimas de Océano,
parécenles horribles y funestas dagas.
La primavera y el verano, a éstos,
parécenles alegres y jubilosos,
sin embargo hasta la belleza de ambos
se les antoja insuficiente.
Tanto los primeros, como los segundos, los terceros y los últimos,
padecen una tristeza de corazón
de la que no saben desprenderse.
jueves, 28 de octubre de 2010
Los delitos menores
Los delitos menores pasean
por los pasillos del juzgado.
Se sientan, fuman,
se levantan y sueñan:
¿qué será eso que llaman libertad?
por los pasillos del juzgado.
Se sientan, fuman,
se levantan y sueñan:
¿qué será eso que llaman libertad?
viernes, 22 de octubre de 2010
Amargo trago
La espera en el callejón sin salida de la botella,
y me dormía con el dulce sabor de sus labios ausentes.
La veía en los cubitos
de hielo en el vaso de ron:
onírica;
fundición, fragua de mis deseos.
La aspiraba en cada calada de cigarro,
llenaba mis pulmones de ella,
tosía en las noches frías
sin su boca en mis labios.
La llenaba lentamente
de líquido de Baco
y vaciaba su interior en el callejón sin salida
de la botella que me absorbía.
sábado, 9 de octubre de 2010
Dieciséis primaveras
Ella era ante el espejo
Una tierna mirada
De profunda belleza;
Pero sus ojos
Veían monstruos
En vela acechando
Para su golpe efectivo.
Ella era bella
Pero se sentía horriblemente
Fea;
Luego la abandonó
Su autoestima
Y soñó pedregosos
Caminos;
Se tatuó con sangre
Sobre sus azules venas
Una cuchilla afilada
Que la devolvió
Al mundo de las marcas,
Malvadas Hadas de este tiempo.
Del Poemario Tenue Poseidón
jueves, 30 de septiembre de 2010
Llega el otoño
domingo, 26 de septiembre de 2010
Agua
¿A dónde iré con el paso de los días?
¿A dónde la corriente me lleve?
¿Es corriente de agua, ese sinuoso movimiento de tus caderas?
¿Son olas tus ojos que se asoman al mar?
¿A dónde la corriente me lleve?
¿Es corriente de agua, ese sinuoso movimiento de tus caderas?
¿Son olas tus ojos que se asoman al mar?
Agua, agua que late en ti.
Agua, agua que me azota.
En los reflejos brillantes de una gota de lluvia, agua.
En los destellos de una lágrima, agua.
En las hojas de los árboles, agua.
Agua, agua que me azota.
En los reflejos brillantes de una gota de lluvia, agua.
En los destellos de una lágrima, agua.
En las hojas de los árboles, agua.
Agua, agua que late en mí.
Agua, agua que te azota.
Eres riachuelo que nace en mis labios
y muere en el mar de mi amor.
Agua, agua que te azota.
Eres riachuelo que nace en mis labios
y muere en el mar de mi amor.
Eres la tormenta, y el rayo
que parte mi voz.
¡Agua, si yo fuera agua!
que parte mi voz.
¡Agua, si yo fuera agua!
Poema del poemario Barro en los zapatos, 1997
Foto extraída del artículo Agua
escrito por Maria Eugenia Estenssoro
Foto extraída del artículo Agua
escrito por Maria Eugenia Estenssoro
viernes, 10 de septiembre de 2010
Déjame
Déjame llegar a tu puerto frío.
Déjame calentarlo con el viento de mis velas,
déjame encallar mis días, y mis noches en tu amanecer de arena.
Déjame que yo también te sueñe en el universo,
donde la realidad se confunde con los sueños,
donde somos como estrellas que lejanas
se sienten, se aman.
Déjame encender la hoguera,
calentaré tu frío corazón.
Déjame que baje el sol
para que llene de luz la oscuridad de tu pensamiento.
Déjame que abrace la distancia,
para acercar tus besos a mi boca.
Déjame que sienta el latido de tu corazón
en mi pecho.
Déjame que sienta la respiración de tus labios
tan cerca que se confunda con la mía.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Tras la estela de tus pasos
Fotografía de E. de Juan
Sigo la estela de tus pasos
aunque pienses que ya te he olvidado, yo a ti no, y espero que tú tampoco a mí.
Eres un torbellino, o un tornado, por donde quiera que pasas dejas huella, y aunque pienses que no,
aún persiste en mí la que dejaste en mi corazón.
Sigo tu estela de gran persona, de esas, que yo sé, y que tú también sabes, no les cabe el corazón en el pecho.
El camino nos llevó por derroteros distintos, pero aún así, sigo tu estela porque la huella que dejaste en mi corazón todavía persiste.
Salvador Moreno Valencia
Sigo la estela de tus pasos
aunque pienses que ya te he olvidado, yo a ti no, y espero que tú tampoco a mí.
Eres un torbellino, o un tornado, por donde quiera que pasas dejas huella, y aunque pienses que no,
aún persiste en mí la que dejaste en mi corazón.
Sigo tu estela de gran persona, de esas, que yo sé, y que tú también sabes, no les cabe el corazón en el pecho.
El camino nos llevó por derroteros distintos, pero aún así, sigo tu estela porque la huella que dejaste en mi corazón todavía persiste.
Salvador Moreno Valencia
viernes, 27 de agosto de 2010
jueves, 19 de agosto de 2010
viernes, 13 de agosto de 2010
sábado, 31 de julio de 2010
El escritor inédito
-->
Por Salvador Moreno Valencia
Poco a poco se iba convirtiendo en el escritor que siempre había soñado ser; pero a pesar del trabajo realizado, tenía la sensación de que no había aprovechado el tiempo, y que toda su obra se iría a depositar en los rincones del ostracismo, condenándolo de este modo, a él, al escritor, a vagar por la eternidad entre sus textos inéditos.
Poco a poco se iba convirtiendo en el escritor que siempre había soñado ser; pero a pesar del trabajo realizado, tenía la sensación de que no había aprovechado el tiempo, y que toda su obra se iría a depositar en los rincones del ostracismo, condenándolo de este modo, a él, al escritor, a vagar por la eternidad entre sus textos inéditos.
domingo, 18 de julio de 2010
Desconocidos viajeros
Por muchos muros que construya la intolerancia de los hombres,
siempre habrá una grieta por la que podrá colarse la esperanza.
Soy hombre de tierra,
por primera vez navego,
tengo sed, hambre, y frío.
Somos almas afligidas
que atrapadas por un sueño,
navegan hacia la orilla de Ítaca,
esperando ser recibidos
por Penélope.
Por muchos muros que construya la intolerancia de hombres poderosos,
más derribarán las esperanzas de hombres honestos.
Del poemario 13 Náufragos de Salvador Moreno Valencia
siempre habrá una grieta por la que podrá colarse la esperanza.
Soy hombre de tierra,
por primera vez navego,
tengo sed, hambre, y frío.
Somos almas afligidas
que atrapadas por un sueño,
navegan hacia la orilla de Ítaca,
esperando ser recibidos
por Penélope.
Por muchos muros que construya la intolerancia de hombres poderosos,
más derribarán las esperanzas de hombres honestos.
Del poemario 13 Náufragos de Salvador Moreno Valencia
miércoles, 7 de julio de 2010
Ayer, hoy y mañana
Ayer me sorprendió el huracán de tu amor.
Hoy me sorprende el huracán de tu olvido.
Mañana, mañana, quizá,
me sorprenda la desesperación.
viernes, 18 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
Glandes en su salsa
El escultor al ver aquellas zanahorias en el mercado pensó en penes esculpidos.
Las compró y esculpió sobre ellas glandes tan reales que parecían verdaderos.
Por la noche llegó su invitada. El anfitrión descorchó el vino escanciándolo en un recipiente de cristal de Majórica, luego sirvió penes cocidos con salsa de zanahorias.
Pequeños copos de nieve siguieron danzando en la calle.
viernes, 21 de mayo de 2010
Ayer, hoy y mañana
Ayer me sorprendió el huracán de tu amor.
Hoy me sorprende el huracán de tu olvido.
Mañana, mañana, quizás,
me sorprenda la desesperación.
jueves, 13 de mayo de 2010
Restos
Restos I
Yo soy un resto
de unas piernas
y unos brazos,
y no me queda tronco
donde asentar la cabeza.
Yo soy el náufrago
que se estrella cada noche
en esas playas de blanca arena.
Yo soy pedazos rotos de una esperanza.
La barca se hunde,
caemos a un inexplicable vacío
donde reina una tenebrosa oscuridad.
Yo soy el sol de rayos encendidos.
Del poemario 13 Náufragos
domingo, 2 de mayo de 2010
La piel tatuada
En el punto donde nace la columna
de tu cuerpo
se divisa un tatuaje
en la popa de tu barco
introduzco mi ancla
con mis dedos arcaicos
acaricio tu centauro tatuado.
martes, 27 de abril de 2010
EL EMBARCADERO
Fotografía de E.de Juan
El viejo embarcadero, está
Como tantos otros; cansado.
El viejo embarcadero se
Sumerge en las aguas del lago;
De cualquier lago donde brillan
Opacas sus negras aguas.
Hay movimiento de libélulas
Que sortean con sus transparentes
Alas, florecillas silvestres.
Yo pienso, miro el horizonte
De árboles verdes y puntiagudos
Que señalan al cielo como flechas
Vengadoras;
Y,
Las aguas mansas acarician al viejo embarcadero;
Hace ya tanto tiempo
Que las barcas oxidadas navegan por los sueños...
El viento suave y lleno de pájaros.
Hondos y próximos
Caminos se pierden en un laberinto de bosques.
Un motor suena a lo lejos,
Y un coro de distintos
Sonidos de aves flota en el aire
Como una musaraña.
Las casas como solitarias islas
Enseñan sus luces
En las ventanas;
Hilos de humo
Emergen de sus tejados y
En el cielo de óxido
Una tarde se desprende
Del vaporoso día amortajado;
Cinceles de Artista en las plumas del viento.
Esculpe la tierra colores
Sobre el agua y las maderas
Troncos de verdes ramas
Encienden la niebla,
A lo lejos, nuevamente, me detengo
Y unos ojos me miran,
Simplemente, me miran.
En el granero posan sus patas
Los grises cuervos y
Como urracas negras
Vacas dan lamentos
En el prado.
Yo disiento y caigo
En la maraña, musaraña
De mis ojos, miro, observo
Y guardo silencio.
En la orilla dos jóvenes
Se divierten con sus trajes
De baño, y, un pato se deja
Llevar por la corriente.
Los gritos de las locas
Gaviotas se mezclan con
Los de una bandada de grajos.
En el horizonte hay sirenas
De arena custodiadas
Por un Fauno.
El sol se asoma tímidamente
Manchando con dorados trazos
Las aguas de este lago y
El viejo embarcadero sigue
Viendo pasar el tiempo
De oxidadas barcas en el cielo.
Una nube de mosquitos
Baila su danza y
El viento los arrastra
Hacia cuerpos tumbados
Al sol.
Corre el hielo por la punta
De hierro oxidada, de
Tiempo la hora maga
Que ésta luz deshaga
Cobardes contradicciones
Y luchas para nada;
Si vuela el pez,
Al de diez, con un
Guiño yo me subo
A la sirena de arena que extendiendo sus alas
Me invita a volar por los sueños.
Digo adiós a éste viejo embarcadero,
Sobre tablas que envejecen y
Oxidan su tiempo al sol.
Me voy, compro champagne.
Luego me evado y
En familia oigo voces en Babel,
Que hablan o discuten y aun
Sin entender nada
No me pierdo en absoluto
Que de trivialidades
Ya tengo un saco
De conversaciones vanas.
Del Poemario Tenue Poseidón
Salvador Moreno Valencia©
domingo, 18 de abril de 2010
Manzanas prohíbidas
Manzana con macas
Soy un gusano en la manzana hueca del tiempo.
Manzana prohibida
Miraba, esta tarde, por el ojo de una aguja, y allí, tras el infinito agujero pude ver, pude contemplar en toda su extensión el huracán, sí, el ojo del huracán que me guiñaba desde el pasado que se convirtió en presente y futuro para derrotar, a la vez, las mismas raíces del mismo: el tiempo, Adán escupió el bocado de Eva.
Manzana profiláctica
Si los gusanos me engulleran, mis dientes blancos serían cornejas,
o viejas urracas muertas.
Salvador Moreno Valencia©
sábado, 10 de abril de 2010
En mi mente
El monstruo se retuerce allá abajo
en mis entrañas suenan las vísceras
devoradas, sangrientas,
el holocausto
no ha terminado
Último poema de mi novela Buscando versos malditos
Pintura de mi autoría sin título.
en mis entrañas suenan las vísceras
devoradas, sangrientas,
el holocausto
no ha terminado
Último poema de mi novela Buscando versos malditos
Pintura de mi autoría sin título.
domingo, 4 de abril de 2010
El misterio
Foto E. de Juan
Tus ojos me miran con esa expresión entre perdida y compasiva
porque crees que soy un pobre desdichado
no sueñes con otros mundos paralelos
tres son uno, en uno vivo y en los tres muero
Poema incluído en mi novela Buscando versos malditos
viernes, 26 de marzo de 2010
El cónsul de Modogonor
Tengo una cita con los cónsules de Modogonor, país lejano e incierto, tan incierto que no se sabe con certeza si existe o no, pero sé que uno de sus reyes es Atanuminto Corilibri, que se destacó en la época panucarisa por sus ataques de risa, con lo que consiguió disuadir al pueblo de derrocarlo por serio.
salvador moreno valencia©
Fotografía del reino de Modogonor By: E. de Juan :
viernes, 19 de marzo de 2010
Tres orgasmos
Las nalgas de Casiopea
Ella se sentó a horcajadas. Él la contempló con su periscopio enhiesto como si fuera una estrella. La sombra del vello púbico lo hizo temblar. Pequeños copos de nieve comenzaron a danzar en la calle.
Glandes en su salsa
El escultor al ver aquellas zanahorias en el mercado pensó en penes esculpidos. Las compró y esculpió sobre ellas glandes tan reales que parecían verdaderos. Por la noche llegó su invitada. El anfitrión descorchó el vino escanciándolo en un recipiente de cristal de Majórica, luego sirvió penes cocidos con salsa de zanahorias.
Pequeños copos de nieve siguieron danzando en la calle.
Vello púbico
Negro mentón de oro negro como una gruta misteriosa se asomaba con cierta timidez sobre el elástico de la braguita que la morena exhibía en su pretensión de que se viera su recién tatuada araña, justo a la derecha del principio de aquella selva, en la que cualquier cazador podría aventurarse con la posibilidad de ser devorado.
Pequeños copos de nieve dejaron de danzar en la calle.
sábado, 6 de marzo de 2010
El misterioso libro
Las hojas de las palmeras de agitaban como bailarinas extasiadas en un danza infinita sopladas por el viento que feroz ululaba como un desposeído de la razón. Al fondo de la pequeña calle apareció la negra silueta de una persona. Solitaria la calle, azotadas por el viento las farolas creaban una tenebrosa escena de figuras chinescas. El agua caía con fuerza precediendo a otro diluvio, menos bíblico. La figura se fue haciendo enorme al ir acercándose. Un hombre de dos metros de altura, con el rostro redondo, los ojos entrecerrados por efecto inconsciente, las manos dentro de la gabardina de color gris oscuro. Los labios apretados en un rictus casi beatifico, las mandíbulas apretadas como queriendo retar al viento y a la lluvia. Su sombra se hizo omnipresente zigzagueando se deslizó hasta la esquina. Las hojas de las palmeras siguieron su danza endiablada como bailarinas rusas en decadencia y dopadas con alguna botella de vodka.
Cien metros más abajo. El viejo librero decidió dar por acabada su jornada laboral, aunque él era de esos lectores empedernidos que viven, trabajan, y mueren por la literatura, lo único que le había faltado, al viejo librero, había sido haber tenido la capacidad de escribir, cosa que había sido imposible, sin embargo era un lector incansable, un roedor de galeradas como el viejo Borges, un infatigable lector ávido de lectura; por ende, leía, leía, casi las veinticuatro horas del día. El viejo librero apagó las luces de su pequeña librería. Cerró la puerta con llave un día más, ya llevaría unos catorce mil seiscientos días haciendo la misma operación. Pero esta noche se ha entretenido algo más por haber recibido la visita de un escritor amigo de todos los tiempos, escritor que le ha dejado un misterioso libro, al menos eso es lo que le ha dicho, toma este libro Anastasie, y guárdalo bajo llave, es un libro muy valioso, pero no lo vendas, ni lo entregues a otro que no sea el doctor Paterson. Y luego de despedirse se ha ido, él se ha quedado como siempre ordenando la tienda, si a eso se le puede llamar orden, porque en la librería de viejo impera el caos, como si allí se hubiera dado cita el universo entero que se construye y destruye constantemente.
La mole de dos metros con el rostro entre infantil y alelado, saca la mano del gabán empuñando un revólver, y, sigilosamente, dejando su sombra tras él como una espía misteriosa, se acerca a la librería de viejo. El viejo Anastasie termina la operación de cerrar y dando media vuelta, sin intuirlo, encara al mazacote que con el rostro algo desencajado le apunta con la pistola.
-Déme el libro misterioso que le han entregado hoy- apunta nervioso debatiéndose entre el mal y el bien, o al menos entre lo que el gentil mastodonte entiende por ello.
-Qué libro misterioso ni diablos- responde el viejo librero sin inmutarse como si su asaltante fuera un personaje de ficción y él el escritor que lo ha creado y tiene el absoluto control sobre el mismo.
-No se haga el valiente y déme el libro, no se lo diré más- amenaza el matón, temblando si cabe, aún más. Las hojas de las palmeras siguen en su danza infinita arrebatas ya de razón, y fundiéndose en un éxtasis sideral en los brazos del viento que grita en una especie de orgasmo cósmico.
-No sé de qué me habla- encara el viejo al grandullón y sin más se da media vuelta y sigue calle abajo perdiéndose al volver la esquina. El matón queda atónito debatiéndose entre el miedo a disparar, o enfrentarse a su jefe, que lo descuartizará por no haber conseguido lo ordenado. Pero, de todos modos, se dice el gigante, me descuartizaría porque si disparo a ese viejo testarudo no tendré el libro, y sin el libro mejor no aparecer ante el señor Seen.
El mazacote sigue debatiéndose en su dilema mientras el viejo librero entra en el café de Las Aguas, allí lo espera el señor Seen que hoy pagará un buen precio por el libro misterioso. Afuera, las palmeras, arrebatadas de pasión como amantes enloquecidos por el sexo, sucumben al atroz abrazo del viento. La lluvia deja gotas transparentes sobre los cristales de las ventanas de la taberna de Las Aguas, afuera se oyen disparos.
lunes, 1 de marzo de 2010
Arenas movedizas
el barco a lo lejos deja vislumbrar lo que podía ser un hilo de realidad…
la bruma de la tarde engulló la quilla del mismo y luego las velas fueron a formar parte de las nubes, el viento silbó en las rocas…
en el horizonte negras nubes aventaban a las vacas, y un club de urracas sobrevoló los cimientos de mi existencia...
...la vida parece estar construida sobre arenas movedizas…
Poema incluido en mi novela Buscando versos malditos
Fotografía E. de Juan
la bruma de la tarde engulló la quilla del mismo y luego las velas fueron a formar parte de las nubes, el viento silbó en las rocas…
en el horizonte negras nubes aventaban a las vacas, y un club de urracas sobrevoló los cimientos de mi existencia...
...la vida parece estar construida sobre arenas movedizas…
Poema incluido en mi novela Buscando versos malditos
Fotografía E. de Juan
martes, 23 de febrero de 2010
El delirio del viento
Fotografía de E. de Juan
abre los pétalos la flor ante la fina lluvia de tus ojos
y en la ventana caen sobre su tallo…
de avena cortado por los delirios del viento
como un grano de trigo que cae limpio al ser aventado por el hombre…
(poema incluido en mi novela Buscando Versos malditos)
abre los pétalos la flor ante la fina lluvia de tus ojos
y en la ventana caen sobre su tallo…
de avena cortado por los delirios del viento
como un grano de trigo que cae limpio al ser aventado por el hombre…
(poema incluido en mi novela Buscando Versos malditos)
martes, 16 de febrero de 2010
Gatos que en celo se deslizan por los tejados
Cuando sueño con tus besos/ besos de farra y trasnoche/cuando me hundo en tus brazos/ siento que el mundo se rompe/ vierte en mi vaso el tequila/ que nos dará la medida/ de enfrentar esta batalla/ cuando ya no nos queda vida/.
Poema incluido en mi novela Buscando versos malditos
Fotografía E. de Juan
martes, 9 de febrero de 2010
La luna oscura de tus labios
El amor es sin ti/Una luna oscura/El amor es sin ti/El comienzo de esta locura/Llena esta copa camarera/Que los ángeles me esperan afuera.
Poema incuido en la Novela Buscando versos malditos, de Salvador Moreno Valencia
Fotografía E.de Juan
viernes, 29 de enero de 2010
La leshe en polvo
-Te han dicho alguna vez que eres la leshe en polvo, o un polvo de leches?
- Bueno sí. Una vez me confundieron con una vaca, y otra (en el colegio cuando yo tenía cinco años), me dieron leche en polvo, y yo no supe qué hacer con ella, así que me la comí con el agravante de que se me quedaba pegado, el polvo de la leche, al paladar, y no veas lo mal que lo pasé; ese día decidí fugarme de la escuela, y lo hice llevándome de compañero a un gitano (que algunos años más tarde, en una discoteca en la que yo también estaba, pero ya sin que nos reconociéramos, el gitano, le metió tres puñaladas a un compañero de mi clase, un tal Cerezo, más bueno que el pan y que aquel sábado había decido ir por primera vez a la discoteca, teníamos 18 años, el joven Cerezo murió, el gitano, cómplice de mi fuga infantil, fue a la cárcel).
Aparecimos, el gitano y yo, aquel día de la fuga cuatro o cinco horas más tarde, y a mí me calló la de San Quintín y todas las tempestades juntas. No volví a tomar leche en polvo nunca más.
Cuando yo ya había olvidado el episodio de la leche en polvo, la fuga y la paliza que me dieron, consecutivamente, primero mi madre y más tarde, cuando regresó del trabajo, mi padre, me encontré por la calle con un tipo con semblante de malo, como avinagrado de carácter, y alguien que estaba conmigo en ese momento me dijo: ese es Er Cano, el gitano que mató al pobre Cerezo. Y recordé el día de la fuga, la jauría de perros que nos acompañó, compuesta por galgos, al menos a mí me lo parecieron porque estaban esqueléticos; mi padre tenía un galgo al que se le notaban las costillas, y no era de no comer, que eso creía yo, era de constitución como decía mi padre que era cazador aficionado. Y acompañados de aquella jauría y con la ilusión y la candidez propias de esa edad, nos recorrimos el futuro asesino y yo los ríos del pueblo donde nos habíamos ido a vivir por cuestiones de trabajo, decía mi padre, y de progreso, remataba.
Ni Er Cano, ni yo en aquella inocente fuga, podíamos haber imaginado que un día, él se convertiría en asesino y yo en escritor, o lo que es lo mismo: en dos fracasados del Sistema que nos intentó amamantar tardíamente y como queriendo expiar sus pecados ( y las atrocidades que había cometido, y que en menor medida seguía cometiendo), dándonos por las mañanas, nada más llegar al colegio, un vaso de plástico y una cazo de leche en polvo que debíamos mezclar y diluir para tomar, con el fin de convertirnos en hombres hechos y derechos que pudiéramos servir a dios y a la patria.
Er Cano y yo probablemente nos torcimos porque no nos bebimos la leche, pero sí mamamos la mala leche.
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