Letras tu revista literaria

viernes, 19 de marzo de 2010

Tres orgasmos




Las nalgas de Casiopea

Ella se sentó a horcajadas. Él la contempló con su periscopio enhiesto como si fuera una estrella. La sombra del vello púbico lo hizo temblar. Pequeños copos de nieve comenzaron a danzar en la calle.

Glandes en su salsa

El escultor al ver aquellas zanahorias en el mercado pensó en penes esculpidos. Las compró y esculpió sobre ellas glandes tan reales que parecían verdaderos. Por la noche llegó su invitada. El anfitrión descorchó el vino escanciándolo en un recipiente de cristal de Majórica, luego sirvió penes cocidos con salsa de zanahorias.
Pequeños copos de nieve siguieron danzando en la calle.

Vello púbico

Negro mentón de oro negro como una gruta misteriosa se asomaba con cierta timidez sobre el elástico de la braguita que la morena exhibía en su pretensión de que se viera su recién tatuada araña, justo a la derecha del principio de aquella selva, en la que cualquier cazador podría aventurarse con la posibilidad de ser devorado.
Pequeños copos de nieve dejaron de danzar en la calle.

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