Letras tu revista literaria

jueves, 19 de abril de 2007

Veinte traguitos de olvido.

Adivina qué ciudad y qué personajes se esconden en las líneas de este relato.

Lo encontré una noche, una de esas noches infinitas de lluvia y viento, en una taberna oscura de cuyas paredes emanaba un rancio olor a vino de barrica, y, a serrín mojado, convidado con el característico y repugnante hedor que provenía del único excusado existente, una taza turca tras una puerta desencajada.
Estaba, con la cabeza hundida como si un avestruz anidase en él, en el rincón del pequeño mostrador tras el que el tabernero mostraba su sabiduría añeja, despachando el vino a granel o en pequeños vasos que él había bautizado como traguitos de olvido. -¡Ande amigo, tómese un traguito de olvido, alimenta el alma y ahuyenta las penas!
De vez en cuando el hombre hacía un movimiento como mecánico para tomar un traguito de olvido, que según el tabernero, era el décimo segundo de la noche, y, añadía el bodeguero una coletilla algo burlona: -hasta los veinte no olvida sus males el condenado, y es cayendo al suelo sin consciencia, entonces yo lo levanto como cada noche que viene y lo pongo en la calle orientándolo hacia el suroeste, hacia el mismo lugar en donde se encuentra la entrada de la plaza de toros cuyo ruedo circular es de los primeros que se construyeron, y, él, sin saber cómo o por medio de qué arte o magia se pone en marcha dando tumbos y desaparece por la esquina de la casa de empeños.
Del modo que narraba el tabernero sucedió lo que sigue: El tipo una vez hubo consumido en que hacía el número veinte de sus traguitos de olvido cayó al suelo, fue puesto en pie y orientado su rumbo se puso a caminar como un velero en una mar encrespada. Pero ésta vez algo iba a cambiar en su paseo, yo lo iba a seguir para descubrir a dónde se dirigía, o al menos, hasta dónde llegaba, que por su estado observé que no sería muy lejos.
Yo derecho y el zigzagueando, y, tal y como lo había vaticinado el tabernero, el hombre torció a la izquierda en la esquina de lo que era una casa de prestamos, dirigiéndose hacia el este dejando la plaza de toros a su derecha, luego se asomó como un fantasma un edificio de tres plantas entre la plaza de toros y una casona, en su fachada un cartel identificaba aquella aparición como el teatro, haciendo éste junto la plaza de toros una peculiar pareja arquitectónica.
El personaje tambaleante se detuvo quedándose prácticamente inmóvil, casi clavado en el suelo, justo en el inicio de una calle a su izquierda, en ella corría el viento helado del norte y allí donde el tipo se había detenido, empezaba o terminaba la vía en la que dormían, en los escaparates, los maniquíes el sueño de los transeúntes hasta despertar con sus ojos al día siguiente.
El hombre hizo un movimiento con la mano derecha y con ella la señal de la cruz cruzó su rostro, se escuchó un sonoro amén en el silencio de la noche lluviosa y ventosa. Yo lo seguía a unos treinta metros, me detuve para no ser descubierto, aunque dudo que en aquellos momentos, el tipo tuviese alguna noción de la realidad circundante.
Volvió a reanudar el paso con sus peculiares balanceos hacia el sureste. Cuando llegué al punto donde éste se había detenido, descubrí el motivo de su signo de la cruz, sobre la pared de una casa señorial había un mosaico de una imagen de una dolorosa y de un nazareno. Era tradición y superstición hacer la señal de la cruz ante las imágenes de santos o al pasar por delante de las casas de dios.
La fachada que albergaba los azulejos pintados con la virgen y el nazareno debía pertenecer a algún miembro de una cofradía, de las que la población tenía el orgullo de tener varias de gran devoción entre el pueblo, de hecho tenía hermandades para representar todos los pasos que sufriera el predicador hasta llegar a su escabrosa muerte.
Sigamos con el peculiar bebedor de traguitos de olvido que hizo una nueva penitencia como si fuese en procesión con los cantores de la aurora, ésta vez la parada la hizo en una plaza en cuyo centro se alzaba el busto del que fuera embajador en Roma y que llevara el peso de las negociaciones para restablecer las relaciones con la Santa Sede. La plaza que albergaba la faz del ilustre había llevado por nombre el mismo que muchas de las plazas de la nación que las albergaba en una grande y libre…
El hombre alzó la mano derecha abierta y gritó lo que podía ser un viva, pero su estado de ebriedad le imposibilitaba la correcta pronunciación de las palabras. Así que el grito sonó como un rugido entre gatuno y perruno. Bajó la mano y haciendo el acto de firmes golpeó con ella su muslo derecho. De nuevo reinició su andadura por aquellas calles en la noche que se precipitaba oscura e impenetrable en una niebla densa en la que se veían, parpadear, trémulas, las farolas en sus atalayas.
Cruzamos un puente, pero me fue imposible distinguir el abismo debido a la niebla que se cerraba no dejando ver a más de tres metros. Me fui guiando por el oído y seguí el sonido de los pasos de veinte traguitos. El viento racheado disipaba en ocasiones la intensa niebla y como si de un teatro se tratase y al alzar el telón vemos el escenario, yo veía al tipo que seguía tambaleándose para volver a perderse en el celaje.
El empedrado de la calle me daba la certeza de encontrarme en una calle antigua, por la que en otro tiempo cabalgaran carrozas y caballos. Los sonidos se amplificaban por la estrechez de la calle, e incluso, podían oírse los ronquidos de los felices durmientes que platicaban a esas horas con Morfeo.
Seguía los pasos y el sonido que iba dejando la respiración entrecortada de mi antecesor, de vez en cuando podía distinguir entre los claros de niebla un destello de luz, una llamarada que iluminaba el rededor del personaje, y era que mi perseguido encendía un cigarrillo porque el aire limpio se llenaba del aroma del tabaco negro que se esparcía entre la penumbra y la cal de las paredes.
Alguna ráfaga de viento me traía el perfume de sexo consumado, de rancio jazmín y de dama de noche, y, nuevamente, la figura de otro insigne de la ciudad laureado, aparecía en una plaza, esta vez una pequeña plaza albergaba el homenaje al ilustre que afinaba una cuerda más en la guitarra y había deleitado a la aristocracia con sus maravillosas octavas. Frente a éste, otro laureado a título póstumo, como es natural en este mundo de “vivos”, que dejaba su esencia de trementina y óleo colgada de las paredes de lo que en otro tiempo fuera escuela de curas, dedicada a acoger a niños de campesinos, más tarde convertido en colegio público en cuya ala oeste sonaba, en las tardes, el sonido de una composición musical que por la torpeza de su ejecución, nos indicaba que estaba realizada por algún alumno del conservatorio de música, obsesionado con Mozart u otro músico iluminado.
De repente la calle se hizo más estrecha, tanto que se podían tocar con las puntas de los dedos, extendiendo los brazos, las paredes que cerraban en su interior los dos museos, que uno frente al otro ofrecían distintos alicientes a los curiosos viajeros.
La niebla la terminó disuadiendo el viento y las calles se ofrecieron en su quietud mortecina iluminadas por tenues farolas que colgaban en las esquinas de las casas señoriales como lo hicieran, en otro tiempo, los faroles de gas.
Pude ver una cruz en el centro de una plaza conforme íbamos a la derecha y en la parte trasera de una gran iglesia, llamada por los lugareños, la catedral, se situaba otra muestra de lo agradecido de un pueblo a sus figuras ilustres.
Allí veinte traguitos dirigiéndose al busto, recitó, alto y claro lo que sigue:
<En este ardiente acento
De árida plenitud
Que palpan los sentidos>>
<Cal y nube, hoy como ayer un agua furtiva
Tras cada posesión; tras cada goce
Un aguijón de cálidos beleños>>
Tras el recital el tipo siguió su marcha ahora menos desequilibrada que al principio. Al parecer, los efectos de los traguitos iban desapareciendo, a medida, que iba transcurriendo el camino. Quizá de regreso a su hogar, al menos, eso era lo que yo pensaba, y, no podía yo haber imaginado jamás, lo que iba a acontecer con el devenir de las horas.
Seguí, cada vez con más expectación, no lo niego, al personaje tan curioso que me precedía en aquel recorrido tan maravilloso como misterioso. Y fuimos a desembocar en una plaza donde los laureles se agitaban movidos por el viento, haciendo rozar sus frondosas ramas con las de los naranjos que también eran espectadores eternos de otra homenajeada, en éste caso perteneciente a la aristocracia. No hubo recital alguno por parte de traguito, sin embargo éste se sentó adoptando la posición de pensador y como en un acto de reflexión exhaustiva, encendió con ansias un cigarro. Yo me había refugiado en los soportales de la iglesia, mal llamada catedral, justo debajo de la casa del cura y de la del sacristán. A mi derecha quedaba una de las entradas situada en la torre del campanario, torre ésta que albergaba en su interior algunos vestigios de un antigua mezquita, a mi izquierda otra pequeña plaza y hacia el punto por donde el sol sale, se situaba un edificio que por el día mostraba la agitación propia de la casa del pueblo: Políticos, periodistas, contribuyentes honesto, policías…
Tras la plaza, donde los laureles agitaban sus ramas como disgustados por la presencia de la estatua de la noble, se erguía otra torre o campanario, de dimensiones más pequeñas que el que se elevaba hacia el cielo por encima de mi cabeza. Bajo el campanario de la “catedral” el reloj ofreció, al silencio de la noche, su peculiar sonido anunciando que eran las dos en punto de la madrugada.
Traguito se incorporó, dirigiéndose hacia este, como atraído por el sonido que el reloj había depositado en todos los rincones de aquel barrio antiguo. Algunos gorriones se agitaron inquietos y pronto volvieron a su reposo entre las hojas laureadas.
Bajó por unas escaleras dejando a su izquierda el tranquilo edificio que se asomaba a la plaza tras sus arqueados balcones y ventanas. A la derecha en lo alto de la torre o campanario una luz iluminaba a una virgen son su niño en el regazo.
Traguito cruzó la calle y se adentró por un callejón que lo llevó a una pequeña explanada resguardada por una muralla. Giró hacia el norte y aceleró sus pasos bajó, a grandes zancadas, por un camino oscuro y dejando a su derecha la muralla que lo acompañó hasta pasar por el arco de una puerta de corte morisco. Una vez en plano descampado quedó la ciudad a su izquierda, donde las casas asentaban sus cimientos sobre las rocas en la parte de arriba, dándoles un aspecto fantasmal y de ensueño.
Me recorrió un escalofrío, mitad miedo, mitad curiosidad, pero, incluso así, decidí seguir los pasos de mi particular guía, que bajaba con una agilidad sorprendente, y, a la vez, incomprensible. Sí, el mismo sujeto que hacía una hora se caía para los lados se había convertido en un atleta nocturno. Tenía yo dificultad para seguirlo sin perder su pista cuando tropecé y caí rodando hasta que mi cuerpo se detuvo por propia inercia al concluir la bajada. Me encontraba algo dolorido. Sacudí mis ropas de todo el forraje adherido a ellas como buenamente pude. Y sin perder tiempo eché un vistazo para ver, si todavía, traguito estaba a mi alcance.
Y sí, allí estaba sentado en el muro superior de lo que parecía ser un puente. Efectivamente, minutos más tarde pude comprobar que así era. Cuando lo vi allí agitando las piernas, pensé que el tipo iba a saltar al vacío. Pero no fue así, este canturreó algo y volvió al camino.
Estábamos ahora en los arrabales de la ciudad, a nuestra derecha corrían indiferentes las aguas del río que dividía en dos partes el pueblo, una la vieja y otra la nueva. Varios edificios en ruinas quedaron a nuestras espaldas. Cuando llegué al puente pude comprobar que desde éste podía verse otro situado mucho más arriba. Dos estilos diferentes para diferentes épocas. Una chabola a orillas del río, enseñaba infinidad de rótulos escritos a mano sobre soportes improvisados de tablas viejas, de chapas, e incluso, de restos de algún coche viejo, en ellos se podían leer las indicaciones que el propietario hacía a los merodeadores, prohibiéndoles el paso a su esmirriada pertenencia, contrariando esto con una virgen situada en lo que parecía la entrada, bajo la cual se podía leer: Bienvenidos al hogar al que se acercan.
El camino fue en ascenso y dejamos la penumbra adentrándonos en una calle iluminada por dos tristes farolas. Traguito torció a la izquierda, la calle volvió a estar empedrada y las casas, a uno y otro lado, centenarias con grandes puertas de madera y ventanas selladas con rejas de hierro. Al poco apareció una iglesia a la derecha, y junto a ésta una fuente desde la que se podía ver, al fondo, un arco de que daba entrada a la ciudad por la parte este. De la fuente manaba el agua por medio de ocho surtidores. Mi predecesor tomó un trago de agua en cada uno de ello, volvió hacer la señal de la cruz frente a la iglesia donde en la entrada se erguía una palmera buscando la torre del campanario.
La calle se tornó muy empinada y subimos, al menos yo, con dificultad. Al rato la procesión se volvió a detener, esta vez bajo unos arcos donde seres esculpidos en piedra representaban ahorcamientos y sobre sus cabezas se vislumbraba un mural de ángeles y vírgenes. El personaje volvió a persignarse y continuó el viaje. Subimos unos cincuenta metros y encontramos una plaza con iglesia. El silencio era misterioso y tanta quietud erizaba los vellos, la niebla y el viento habían desaparecido por completo.
En la plaza un busto parecía pensar en hacer cambios en la educación para crear una enseñanza libre. Observé a traguito desde la esquina. Éste se sentó bajo el busto que miraba hacia el sur y comenzó una retahíla de palabras ininteligibles.
Vaya recorrido asombroso y por supuesto lleno de belleza y misterio. Mi curiosidad iba en aumento por saber el desenlace de curioso recorrido. El tipo volvió a iniciar su andadura dirigiéndose hacia el norte. La iglesia y su entrada principal quedaron a la derecha. Y luego estuvimos en la calle principal de nuevo.
Corrieron sus pasos mucho más ágiles, no se veía ni un alma, un gato cruzó rápido y se perdió tras una ventana. Un coche a lo lejos dejó el sonido en el aire y rompió el silencio tan escabroso. Los escaparates acunaban a sus huéspedes vestidos con las prendas de moda. Uno, dos, tres, cuatro tramos de la calle peatonal y nuestro amigo decidió ir hacia la derecha donde otra plaza albergaba una fuente sobre la que dos leones y su domador miraban en extraña pose hacia el sureste. Hércules custodia la entrada al sur por el estrecho. Otra iglesia a la derecha de la plaza, y, nuevamente traguito hizo la señal de la cruz sobre su rostro. La lluvia volvió a repiquetear en los tejados. A la izquierda de la fuente se encontraba la calle donde la taberna estaba situada, el lugar del inicio del recorrido. En frente y tras Hércules y sus leones se alzaba un edificio de tres plantas que no podía ser otro que el casino.
Traguito fue por la calle de la izquierda y por ella fuimos a dar a la puerta de un oscuro parque que parecía cerrado a esas horas. ¿Qué hizo traguito al ver la puerta cerrada? Nada. Se quedó allí parado como si estuviese pensando en el modo de acceder al parque, donde un centenar de árboles movían sus ramas creando una sinfonía que se alejaba en un infinito eco. El pequeño hombre empujó la puerta y sin más ésta se abrió ante él. Y como si supiese que yo le había venido siguiendo la dejó entre abierta invitándome a pasar. ¿Quería un testigo de su singular aventura?
Comencé a sentir verdadero miedo. En el lugar en el que me adentraba no era difícil esconderse, y, mucho menos, asaltar y acabar con la vida de un hombre. Sin embargo por una razón incompresible, me armé de valor y sacando fuerzas de flaqueza me adentré tras traguito en la siniestra alameda.
Al fondo de un camino de tierra, iluminaba, tímida, su entorno, una farola. Vi la sombra del hombre que iba creciendo al acercarse al foco de luz. Algunos pájaros se inquietaron en sus ramas. Una lechuza puso su tétrico ulular en el eco del silencio. Luego un pequeño estanque donde dormían gansos y patos, un par de pajareras acurrucaban el sueño falto de libertad de tórtolas, periquitos, canarios y en una de ellas, como si se tratase del palacio de algún rey, habitaba una pareja de pavos reales. Y un busto como escondiéndose de las miradas de los curiosos se impuso ante traguito. El universal pintor miraba hastiado un viejo tiovivo. Y como si de un dios se tratase, traguito se arrodilló ante él. Pude oír sollozos y suspiros entrecortados, luego el pequeño guía se incorporó, se dio media vuelta y mirando hacia donde me encontraba se dirigió hacia allí. Un temblor me sobrecogió el cuerpo de arriba abajo y viceversa. Se acercaba con una decisión espantosa y de repente, en mis propias narices, se esfumó como por arte de alguna magia. Mi cuerpo y mi mente quedaron inmóviles. Todo mi entorno se tornó una oscuridad infinita, al cabo de unos segundos comencé a vislumbrar una pequeña luz parpadeante que se acercaba hacia mí desde la profunda tiniebla.
He aquí que se iluminó la estancia en la que me encontraba, el parque había desaparecido. Me encontraba en una habitación iluminada por un candelabro donde ardían varias velas. Una mesa escritorio presidía el conjunto austero y, tras la mesa un hombre recitó lo que a mí me pareció sublime:
<Recuerda que a los amantes la mentira les sorprende en sus confesiones. Sola tú formas parte de mi pura soledad. En todo te transformas: un murmullo o tu aéreo perfume.
Entre mis brazos: ¡qué abismo que se alienta de pérdidas!
Mis brazos no te retienen. Y es por eso justamente que te tengo para siempre>>
©salvador moreno valencia

martes, 10 de abril de 2007

Con La Moneda Que Pagues Serás Pagado

¿Estás preparado a recibir el pago con la misma moneda que has pagado?
Todos, absolutamente todos, decimos o creemos que estamos preparados.
Pero son sólo palabras, palabras, sólo palabras.
Cuando actuamos, actuamos deliberadamente, creyendo que a nosotros no nos afectará, nada.
Y cuando nos toca, nos toca, será orgullo, será hipocresía, será egoísmo, será lo que tenga que ser.
Pero sea lo que sea, duele, y te pones en la piel del contrario, todo el mal que le hicimos, se nos devuelve, con creces, porque al más vil verdugo, se le tuercen las tornas y se convierte en víctima.
¿Víctima de qué? ¿Por qué? Porque siempre es mejor ser verdugo que ejecutado y cuando te ejecutan sientes el dolor que causa ser víctima. Así el mundo gira y gira, la vida da vueltas y vueltas. Los que fueron víctimas se convierten en verdugos, los verdugos se convierten en víctimas y así es la vida.
Qué carajo, es una forma de ver o de entender, de hacer o deshacer, que bien dice: “Que quien a hierro mata a hierro muere”, “que si juegas con fuego en él serás quemado”.
Y aquí comienza éste cuento:
Era sé una vez un hombre que dejó su vida, dejó a quien realmente lo amaba, cegado por sus sueños. Pero no pensó, ni tan sólo por un instante, que algún día todo se le volvería en su contra. Las velas se opusieron al viento y su velero fue naufragando en un mar de dudas.
La noche se hizo eterna y jugando con el fuego, él se quemó en el infierno de sus deseos, de sus sentimientos. La luna brilló en el cielo cuando ya era tarde, el viento rompió las velas de los deseos, el corazón se hundió en un mar negro, triste y sin escrúpulos.
Siempre decimos que nada es como se ve y que no sabemos lo que tenemos hasta que no lo perdemos y que cuando lo perdemos es, cuando sabemos lo que queremos.
Nuestro hombre, nunca pensó en estas trivialidades, para él, no había, ni tuvo la duda, que a él nunca le podían ocurrir esas vanas superficialidades.
Pero de repente, como el viento cambia de dirección, todo se le tornó, y de verdugo, el peor verdugo que fue, se convirtió en la víctima, en la más despreciable víctima que jamás pudo imaginar.
Fue que, su ambición por llegar al lugar que soñó, nunca llegó y en su empeño dejó atrás todo lo esencial, todo lo que realmente merecía la pena, pero, siempre con los peros, olvidó lo que realmente su corazón le decía.
Y fue que dejó a una mujer, el amor de su vida y no supo, ni apreció que era el amor de su vida, hasta que no la perdió y la perdió para siempre.
Entonces se vio reflejado en el espejo de los náufragos, una isla. ¡Que maravillosa isla! La isla de la libertad, nada ni nadie, todo era cielo a su alrededor, mar y sol. Allí, lejos de los ojos de la gente, pudo ver qué era la soledad, qué era no tener a nadie, qué era estar solo. Gritó, gritó muy fuerte, pero nada ni nadie le escuchó y sus gritos se fueron ahogando con el viento y el sonido del mar que le recordaba otros tiempos en los que fue feliz, en los que fue hombre, en los que tuvo alguien a su lado para compartir sus deseos, sus desalientos, sus desgracias y sus fracasos, el viento silenció sus gritos.
Y ese ser que no le pidió nunca nada, ese ser, esa mujer que lo dio todo por él, todo cuanto era, todo cuanto tenía, sin pedirle nada a cambio, se desvaneció en sus gritos.
Así fue que, nuestro hombre se durmió en aquella isla, donde era libre, pero, siempre con los peros. Despertó una mañana y se sintió solo, tan solo que ni las olas de aquel mar que fluía en libertad pudieron consolarlo y desde ese día yace en el laberinto de sus sueños, de sus sueños rotos.
La botella de güisqui se me ha terminado, las lágrimas no me dejan continuar con este relato, pero y siempre con los peros, el pirata que llevo dentro ha naufragado.
SOS, gritaba nuestro hombre, pero el viento, el sonido del mar y su imaginación habían perdido lo que más había anhelado, aquella mujer que le entregó todo sin pedirle nada a cambio.
Una isla llamada LIBERTAD. Necesito otro güisqui para continuar. Camarero, traiga otra botella, que cuando la haya terminado meteré en ella un mensaje: SOS, que alguien me rescate de esta isla llamada LIERTAD, llamada SOLEDAD.
El camarero me ha traído otra botella y ahora que lo pienso, recuerdo este poema de Neruda:
Puedo escribir los versos más tristes ésta noche:
Escribir, por ejemplo:
“La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Qué importa que mi amor no supiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Porque en noches como ésta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

Más daño le he causado yo, en mi ceguera insensata,
seré ciego en el olvido.
escrito en Junio 1999
por:
© salvador moreno valencia

miércoles, 28 de marzo de 2007

ELECCIONES MUNICIPALES

Ya están próximas las elecciones municipales y por tanto se abre la veda para cazar votos. Ahora nos llenaran de programas, de gratas manifestaciones y todos los políticos se empolvaran la nariz para que no podamos ver, realmente, lo que tras ellas se esconde.
Pero la mayoría de grupos políticos se dedicaran a desprestigiar a los aspirantes al poder y a los que ya lo poseen, a estos, a los que más se intentará desprestigiar. En lugar de presentarnos un programa político digno y efectivo.
Claro que, dignos y efectivos serán todos, sobre todo a la hora de captar los tan apreciados votos que otorgan el poder y con él lo que ya todos sabemos. Pero una vez pasadas las elecciones y conseguido el propósito, la mayoría de los programas caerán en saco roto y a lo máxime, pondrán en funcionamiento el primer punto, el más esencial de todos los puntos del programa, que en los mítines ha pasado desapercibido, el aumento de sueldo para los elegidos.
Muchos de los políticos castigaran sus cuerdas bucales hasta quedar afónicos, con tal de convencer a la ciudadanía y a los asistentes a sus ostentosos mítines. Pero el esfuerzo merece la pena, pues si consiguen EXCMO poder, tendrán por bien una remuneración en sus ya castigadas cuentas.
Lo más triste es que durante cuatro largos años, los que están en el poder y los que están en la oposición, no han hecho nada o casi nada, pero ahora cuando apenas faltan dos meses para las elecciones, comienzan los arreglos de calles, carreteras y muchas otras cosas que deberían de haber realizado durante su estancia en las ya citadas poltronas.
Para este caso voy hacer alusión a la ya tan famosa frase: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.

Salvador Moreno Valencia ©
29 de Marzo de 1.999

domingo, 25 de marzo de 2007

"¡Necesitaremos treinta planetas como éste!"

"¡Necesitaremos treinta planetas como éste!"

Entrevista a Serge Latouche, defensor del decrecimiento

Entrevista a Serge Latouche, profesor emérito de Economía en la Universidad París-XI. Se confiesa defensor del decrecimiento, y da argumentos plausibles y fáciles de comprender que creo de interés para comprender nuestra situación y poder rebatir a los "Crecimientos Sostenibles" tan de moda últimamente.
Víctor-M. Amela

La Vanguardia 16-03-2007

Tengo 67 años, nací en Vannes y vivo en París. Soy profesor emérito de Economía en la Universidad París-XI. Estoy casado y tengo tres hijos y cuatro nietos. ¿Política? Alternativa, abogo por un cambio de modelo: ¡soy un objetor del crecimiento!Soy agnóstico. El actual crecimiento económico es insostenible: hay que frenarlo y decrecer.

- ¿Se define usted como objetor del crecimiento?
- Sí. Yo objeto contra la imperante religión del crecimiento económico. Se venera el crecimiento como fin en sí mismo, se persigue siempre crecer por crecer. ¡Es algo irracional y suicida!

- Yo creía que crecer era bueno.
- ¿Sí? En Europa, el producto interior bruto en 200 años se ha multiplicado por treinta. Y pregunto: ¿somos hoy treinta veces más felices?

- Entendido.
- Consumimos 20 o 30 veces más, ¡eso sí! La lógica imperante es: ¡más, más, siempre más! Eso nos conduce a una colosal presión sobre los recursos naturales, a agotarlos.

- ¿Y a qué ritmo crecemos hoy?
- El crecimiento económico europeo, según el PIB, es de un 2% cada año.

- No parece tanto...
- Crecer un 2% anual sobre la ya altísima cota de producción y consumo europea ¡es muchísimo! Los recursos son limitados.

- Explotaremos más bolsas de petróleo.
- Queda menos petróleo cada día. Y su explotación es cada día más costosa. Dentro de unos quince años, un barril costará 400 dólares: ¡eso hará inviable la aviación civil!

- Hallaremos nuevas fuentes de energía.

- Los científicos no son tan optimistas al respecto. Por hoy, producir un kilo de carne de vaca europea exige ¡seis litros de petróleo!

- ¿Cómo calcula eso? - Sume el petróleo necesario para fabricar piensos, abonos, para mover tractores y la industria agroalimentaria del ramo, y el matadero, el transporte de la carne...

- Entonces la carne se encarecerá...
- Además, esas vacas son viables porque fuera de Europa se usan territorios - para cultivar sojas y otros forrajes para sus piensos- cuya superficie equivale a ¡siete veces la de Europa! A cambio, les exportamos residuos.

- Carne por mierda.
- ¡Un 20% de los habitantes del planeta consume un 86% de los recursos del planeta! Yen la cúspide estamos la llamada clase consumidora mundial:600 millones de personas (cifra que coincide con los automóviles que circulan en la Tierra), distribuidas así: 300 millones en Europa, 200 millones en EE. UU. y 100 millones en Japón y China.

- ¡Y todo el resto de la humanidad anhelando entrar también en este club!
- Por eso la única salida sensata es decrecer. ¡Fomentar el crecimiento es insensato, sólo conduce a la debacle global!

- ¿En qué medida cada repunte de crecimiento mina recursos naturales?
- Lo medimos por la llamada impronta ecológica,que consiste en el impacto que nuestro nivel de vida tiene en el espacio bioproductivo de la Tierra.

- ¿Qué entiende por espacio bioproductivo?
- Es el espacio que nos surte de alimentos, energía, recursos: el planeta tiene 51.000 millones de hectáreas, de las que 12.000 millones son bioproductivas. ¡De ellas dependemos todos los habitantes del planeta!

- ¿Qué parte de ese espacio me nutre a mí?
- Dada la actual población de la Tierra, cada uno deberíamos sostenernos con 1,8 hectáreas de ese espacio bioproductivo.

- Dice "deberíamos"... ¿No es así?
- El actual nivel de vida de los españoles: necesita ¡4,5 hectáreas por persona/ año! para sostenerse. Si todos los habitantes del planeta quisieran vivir como los españoles..., ¡harían falta dos planetas y medio!

- ¿Y si quisieran vivir como los franceses?
- Serían necesarios tres planetas.

- ¿Y como los estadounidenses?
- Seis planetas.

- ¡Seis planetas!
- De seguir creciendo al 2% anual, en el año 2050 la humanidad necesitaría ya explotar ¡30 planetas! como la Tierra para sostener tal crecimiento. Ahora consumimos el patrimonio acumulado por la Tierra en miles de años: hoy quemamos en un año lo que la fotosíntesis tardó 100.000 años en producir.

- ¿Qué deberíamos hacer para frenar esto?
- Volver a una impronta ecológica igual a 1 planeta y no más: o sea, sostenernos con 1,8 hectáreas por persona y año.

- Dicte tres medidas para conseguirlo.
- ¿Sólo tres? Bien. Una: optimizar el uso de la energía, pues el grupo de estudiosos Nega-wat en un informe ha demostrado que en Francia podríamos consumir ¡cuatro veces menos energía! con similar rendimiento.

- Dos.
- Volver a una agricultura ecológica, con abonos naturales y sin pesticidas, y fomentar el localismo agropecuario. Y tres: dejar de derrochar cada año ¡500.000 millones de dólares en publicidad! Esto por higiene espiritual y material: en papel supone 50 kilos de bosque por persona y año.

- ¿Quiénes son los beneficiario del actual sistema?
- Grandes transnacionales como Monsanto. Y todos nosotros somos a la vez víctimas y verdugos...

- ¿Ha visto la película de Al Gore?
- Sí, y aconsejo verla porque te conciencia. Aunque no analiza la lógica del sistema, no denuncia la lógica perversa del crecimiento. No señala responsabilidades.

- ¿Podemos ser ricos de modo sostenible?
- Si vinculamos riqueza a consumo material, no. Por eso nuestro mayor desafío actual consiste en redefinir la idea de riqueza: entenderla como satisfacción moral, intelectual, estética, como empleo creativo del ocio.

- ¿Y lo lograremos, profesor?
- Lo lograríamos si todos pensásemos como piensa mi amigo el poeta Castoriadis, que siempre me dice: "Yo prefiero adquirir un nuevo amigo a un nuevo coche".

http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20070309/51310728507.html

sábado, 24 de marzo de 2007

Detalle de la novela que escribo actualmente

Una vez cogí un saltamontes y lo introduje en un bote de cristal que de colón Alaska y los Pegamoides ya se iban de horror en el hipermercado perseguidos por la plaga y sancionados con el eterno miserere de Golpes Bajos y su santa compaña, virgen loca, santo devocionario y coleccionando moscas crecí con la movida de Madrid, los que hoy, aburguesados viven del derecho de autor y dispuestos a no dejar que el tiempo los devore con sus crestas de colores.
salvador moreno valencia

jueves, 22 de marzo de 2007

Día Mundial de la Poesía

Día Mundial de la Poesía

Mensaje del Director General de la UNESCO,

Sr. Koichiro Matsuura,

con motivo del Día Mundial de la Poesía,

21 de marzo de 2007

Diversa y movediza, la poesía lleva en sí la imagen del presente. Nunca se petrifica: es un ámbito en el que la relación con el mundo y con el sentido, con la cultura y con el lenguaje, se formulan una y otra vez con nuevas palabras.

Cada año, el Día Mundial de la Poesía abre un espacio de diálogo y reflexión para afrontar una situación de marginalidad con la que intentan luchar múltiples manifestaciones, ferias y fiestas de la poesía.

Es preciso reconocer la índole singular de la poesía, que no está hecha de palabras nítidas y fácilmente comprensibles. En ella, el trabajo sobre el idioma se destaca en tanto que producción de formas novedosas e inéditas, que nada deben a los códigos lingüísticos habituales.

Al multiplicar las ocasiones e incluso las modalidades de la escritura, la poesía viene a ser pues el ámbito de indagación y experimentación que permite reexaminar la condición humana en todas sus dimensiones. Al llevar al límite el cuestionamiento del orden del discurso, fomenta la reflexión crítica universal sobre la palabra, los géneros, las categorías, lo que puede y no puede traducirse. Por sí misma, traza una cartografía de diálogos posibles entre las culturas, las historias y las memorias.

El cometido de este Día Mundial bien podría ser el de velar por el fomento y la salvaguarda de esas modalidades de intercambios y transferencias. Puesta al servicio de nuestra diversidad creadora, es mi deseo que esta efeméride alcance a nutrir y renovar la capacidad de cada uno de nosotros de prestar atención a la pluralidad cultural del universo.

Mano a mano con los poetas y los lectores de poesía, la UNESCO se une hoy a todos los que viven atentos a cuanto se inventa en la lengua y proponen formas artísticas nuevas, sin renunciar al trazado de genealogías inéditas, capaces de volver a dar un fundamento a las articulaciones, los temas y los lenguajes de la modernidad.

Koichiro Matsuura

Adresse email :

poiesis@unesco.org

Site web :

http://www.unesco.org/poetry

http://www.unesco.org/poetry/bienvenue.php?initia=espanol

http://www.ucm.es/info/especulo/numero22/paraque.html

www.iacat.com

miércoles, 21 de marzo de 2007

TERTULIA

TERTULIA

TRABAJO, TIEMPO
CALIDAD DE VIDA

MODERADORA PRISCA VANIER

CON LA PRESENCIA DEL ESCRITOR
SALVADOR MORENO VALENCIA

LIBRERÍA HORUS

C/ MOLINO DE VIENTO S/N, FUENGIROLA

LUNES 26 DE MARZO A PARTIR DE LAS 20H

miércoles, 14 de marzo de 2007


Los hombres están cambiando (El padre de hoy)

En la actualidad y debido a la incorporación de la mujer a la vida laboral, el perfil de familia ha cambiado considerablemente. Podemos ver cómo los hombres se involucran, cada vez más, en las tareas del hogar: Cuidar a los hij@s, hacer la compra, preparar la comida, realizar la limpieza etc. Tareas que hasta hace poco las realizaban, exclusivamente, las mujeres, hoy día los hombres las desarrollan con normalidad siendo más considerados con su pareja y aportando, con ello, más equilibrio y bienestar en las relaciones de pareja y familia.
Cada día es más común ver a hombres con su hij@s en la calle o en los parques a horas en las que sus parejas están trabajando, así dividen funciones, lo que hasta hace poco era impensable.
En esta entrevista podemos descubrir a dos hombres que han decidido no perderse algo tan maravilloso como es ser padre, y para ello se han arremangado para romper con los tópicos involucrándose en una sociedad que cambia hacia mejor, al menos en lo que respecta al entendimiento entre mujer y hombre, en cuanto a la responsabilidad de crear una familia.

Francisco y Javier vienen cada día al parque para que sus hij@s se diviertan y se relacionen, ellos parecen tener una visión distinta de la paternidad, han accedido a contestar unas preguntas sobre ellos y su aportación en la familia que han creado.

¿De qué manera definirías tu actitud, como hombre, al compartir las responsabilidades de la familia que has creado?
F: Intento colaborar lo máximo posible en el crecimiento de mi familia en todos los ámbitos. Al unirnos ambos (yo el primero) adquirimos un compromiso en el desarrollo.

J: Una actitud positiva, pues un hombre también puede criar a un hij@ y educar ¡Igual! que lo hace una mujer.

¿Trabajas actualmente? ¿Y tu pareja?
F: No, en la actualidad no realizo trabajo renumerado, entendiéndose, trabajo en casa como trabajo no renumerado. Tengo un hijo de dos años al que cuido, además de realizar las tareas de la casa. Mi pareja sí que realiza un trabajo renumerado (Maestra de Escuela) y además participa de las tareas del hogar.

J: No, trabaja mi pareja, yo participo en las tareas del hogar.

¿Qué te parece la nueva ley que otorga al padre, más días por paternidad, para disfrutar de los hij@s?
F: Me parece un logro bastante importante en aras a conseguir una mayor igualdad entre hombres y mujeres en el actual estado social. El problema creo que estará en su aplicación real, puesto que habrá que cambiar la actitud de algunos empresarios y de algunos hombres.

J: Está bien pero me parece insuficiente, debería ser mejor

¿Qué opinas sobre los nuevos perfiles de la familia actual?
F: Pienso que se está produciendo un cambio de roles importante y bastante beneficioso para los hij@s, (padres cuidadores, madres que trabajan…) Ese intercambio de roles, pienso, que puede llevar a una mayor unión dentro de la pareja.

J: Está bien que haya igualdad entre mujeres y hombres.

¿Cuánto tiempo dedicas a tu hij@?
F: En la actualidad me dedico en cuerpo y alma al cuidado y la formación de mi hijo, pues creo que es lo más importante, de hecho, por decisión conjunta, no trabajo para cuidarlo.

J: Como no trabajo me dedico casi todo el día al estar con mi hija y disfrutar con ella.

¿Colaboras en el hogar o sólo traes a tu hij@ al parque?
F: Tenemos un reparto de tareas entre mi pareja y yo. Procuramos hacer las cosas de casa entre los dos.

J: Colaboro en todo: Cocino, limpio, hago la compra, cambio pañales y me encanta bañar a mi hija.

¿Dejarías a tu hij@ de cuatro meses en una guardería?
F: No, no lo llevaría, creo que es importante para su crecimiento tener un mayor contacto con los padres. Un niñ@ pequeñ@ necesita muchos cuidados y nadie mejor que un padre o una madre para realizarlos.

J: No creo que sea lo más apropiado, es una etapa que deberían disfrutar con los padres si pueden permitírselo.

¿Qué ventajas crees que tienen los niños, cuyos padres comparten las tareas del hogar y combinan sus horarios de trabajo, para dedicarles más tiempo?
F: Para un niño el padre y la madre es un referente. Si ve que existe una colaboración entre ambos en el desarrollo de las tareas del hogar, ese niñ@ reproducirá esos roles con lo cual daremos un salto cualitativo importante en el ámbito de la igualdad.

J: Todas las ventajas pues es una buena educación y los niños se enriquecen disfrutando de la madre y el padre.

¿Crees que la educación de los hij@s debe corresponder a los profesores en exclusiva?
F: No, los padres deben jugar un papel principal en la educación de los hij@s, como responsables que son de ellos y en ese sentido deben trabajar conjuntamente con los profesores por el bien de los niñ@s.

J: No, la educación de los hij@s es responsabilidad de los padres con la ayuda de los profesores.

¿Qué piensas sobre lo del tortazo a tiempo?
F: Era de los que creía que un tortazo a tiempo era bueno, pero el día a día con mi hijo me ha hecho ver que estaba equivocado. La palabra y el razonamiento son mejores “armas”.

J: No creo que sea lo más adecuado. Pienso que los hij@s deben aprender el respeto y no el miedo.

¿Hablas con tu hij@ e intentas razonar sobre sus acciones o le impones sin más tu criterio?
F: Tanto mi pareja como yo intentamos hablar con él para hacerle razonar y comprender el por qué de las cosas, aunque en ocasiones cuesta bastante.

J: Actualmente sólo tiene 18 meses con lo cual no se puede razonar mucho con ella pero, intentaré más adelante tener en cuenta sus opiniones y razonar con lógica.

Autor: Salvador Moreno Valencia ©

Email: alvaeno33@hotmail.com
http://alvaeno.blogspot.com
http://salvadormorenovalencia.mifotoblog.com

lunes, 12 de marzo de 2007



8 de marzo de 2007
Incidentes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Ronda por el proyecto urbanístico de Merinos Norte.
Una mujer fue arrollada por el Concejal de Bienestar Social, que ha sido destituido de sus funciones.

El proyecto urbanístico de Merinos Norte deparó ayer un nuevo capítulo polémico que acabó con una mujer ecologista arrollada por el Concejal de Bienestar Social, Jerónimo García.

Los hechos ocurrieron de la siguiente forma:

La Plataforma en Defensa del Agua y la Serranía protagonizó un acto de protesta contra el complejo urbanístico de Merinos Norte en el transcurso de una sesión plenaria del Ayuntamiento de Ronda, celebrada en la noche del ayer jueves.

Sus integrantes se presentaron en el Salón de Plenos vestidos de luto y con una corona de flores fúnebre en la que podía leerse “RIP por la Serranía de Ronda” y una fotografía ampliada de los desmontes que ya se están produciendo en la finca forestal de Merinos Norte, donde se proyecta un complejo urbanístico de 800 viviendas asociadas a dos campos de golf.

La intención de este colectivo era la de protestar, de manera pacífica, ante el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Ronda por el polémico proyecto urbanístico que, según esta misma Plataforma, no se ajusta a la legalidad y está causando daños irreparables a la Reserva de la Biosfera “Sierra de las Nieves y su entorno”.

Pero el acto no llegó a materializarse. Nada más depositar los miembros de la citada Plataforma la corona fúnebre junto a la mesa de los munícipes, el Concejal de Bienestar Social, Jerónimo García, irrumpió de forma violenta en el lugar donde se estaba colocando la corona y tras arrebatársela arrolló a varias de las personas manifestantes al intentar el Concejal arrojar la corona al suelo, momento en el que una mujer ecologista acabó cayéndose a uno de los bancos donde se sienta el público tras ser arrollada por el Concejal.

Tras el incidente protagonizado por Jerónimo García, el alcalde de Ronda, Antonio María Marín, ordenó el desalojo del salón de plenos y dio por concluida la sesión. Los manifestantes mantuvieron en todo momento una actitud pacífica y, tras los incidentes, trasladaron a la mujer ecologista arrollada al Centro de Salud Ronda Norte donde se le diagnosticó una contusión en hombro derecho y una tendinitis en la muñeca. Posteriormente N.L.N. presentó denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional.

El Alcalde de la ciudad firmaba a las 22.30 horas el decreto por el que cesaba de sus funciones como Concejal de Bienestar Social a Jerónimo García y anunciaba la apertura de una investigación por parte de la Policía Local.

Desde Ecologistas en Acción Silvema Serranía de Ronda se repudia la actitud agresiva de Jerónimo García y se solicita que deje también su acta de Concejal pues consideran que su reacción agresiva fue muy desproporcionada pues el acto discurría de forma totalmente pacífica. Anuncian también que seguirán con su campaña de actos pacíficos reclamando la paralización de los trabajos en Merinos Norte.

En las fotos adjuntas se puede ver la secuencia de fotogramas tomadas de la emisión del pleno en directo por Ronda TV donde se aprecia la actitud agresiva de Jerónimo García que arrolla a N.L.N.

Ecologistas en Acción - Silvema Serranía de Ronda
Apartado de correos 265. 29400 Ronda
Teléfono: 952.87.07.38
silvema@serraniaderonda.com | www.silvema.org

Antes de imprimir este mensaje, asegúrese de que es necesario. El medio ambiente está en nuestra mano

sábado, 10 de marzo de 2007

Detalle de una parte de la novela que escribo actualmente

-Entre nosotros prefiero que lo llames Dioni- Dijo sonriendo enseñando sus dientes espléndidamente nacarados que resaltaban sus labios rojos y angulosos; besos de vulvas tropicales, frutas aterciopeladas procedentes de un brillante y oculto paraíso: Sus labios me enseñaban el abismo por el que yo caería sin remisión alguna hacia las fauces de un Cerbero alerta siglo tras siglo, esperando pánfilos de mi índole. Las meigas salieron a la calle y en las aldeas se encendieron fuegos, se practicaron rituales y la santa compaña se deslizó por mi espalda con sus almas en pena. Se erizó el último vello de mi cuerpo, justo en el escroto, tirado por un mástil que se mantenía firme ante la tempestad que se cernía sobre la frágil nave que surcaba los mares de mis deseos.
©salvador moreno valencia