Letras tu revista literaria

martes, 5 de septiembre de 2006

Érase una vez que fui joven.

Érase una vez que fui joven.

Nunca me encontré a gusto en la sociedad en la que me había tocado vivir. Siendo, como era, un muchacho que dejaba la adolescencia para zambullirme de lleno en la soñada juventud. Esa etapa de la vida, que como todo en la misma es tránsito, en la que a los jóvenes se nos endilga sin más la etiqueta de que somos complicados. Eso lo dicen los que nos preceden en generación y eso lo diremos nosotros cuando, la dorada juventud, divino tesoro, haya quedado relegada a los espacios en donde la memoria se codea con la batallita del anciano, ese que añora otro tiempo que ni fue mejor ni peor, sólo fue el momento en que tuvimos al alcance cambiar el mundo y que no lo conseguimos porque sin darnos cuenta nos vimos, de sopetón, sumergidos en la edad madura, dejando atrás esa juventud que nos valió para llevar, por unos años, la etiqueta que ahora otros llevan por ser ellos los jóvenes complicados. Yo, a pesar de que el paso del tiempo no perdona, sigo sin estar satisfecho con la sociedad que me rodea e incluso albergo la esperanza de que algún día podamos cambiarla para mejorarla.

© Salvador Moreno Valencia

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