Letras tu revista literaria

viernes, 17 de octubre de 2008

La caja de Pandora


Estoy cansado de esta farsa, cuánto tiempo inacabado en esta patria, en este mundo inventado donde nada parece real, o al menos donde nadie quiere ser real, y es entonces cuando pienso: ¡a lo que hemos llegado!

Conozco tus palabras y tu cara, tus aficiones e incluso tus pensamientos, pero sigues, sigo, ocultándome/te tras las trincheras del teclado y de esta caja de Pandora que nos ha subyugado, por fin somos auténticos esclavos cibernéticos controlados por la IP de nuestras computadoras, cada palabra que escribimos, cada verso, cada poema, cada grito de BASTA, cada intento de lucha es tragado por las inmensas y voraces fauces del monstruo, y lo peor de todo es que nos hace creer que somos capaces, que somos fuerza para la revolución, cuando en la calle ya casi somos incapaces de mirarnos a los ojos, no digo ya hablarnos.
Las campañas en contra de la injusticia son, igualmente, absorbidas por este ENTE, y ya no queda nada, ellos, los poderosos, lo saben, y se ríen a nuestras espaldas. Nos dejan ser héroes por un día, nos dejan saborear las mieles del éxito por unos minutos, nos dejan disfrutar de nuestro minuto de gloria. Cómo: sencillamente poniendo a nuestro alcance una herramienta capaz de esclavizarnos sin que nos demos cuenta.
Internet es la caja de Pandora que nos postrará a todos y al que subscribe, alentados por la desesperación, por la incomunicación a la que nos han condenado.
Soy miembro de no sé cuántas redes de amistad, quizá cinco o seis, no sé, pero todo es ficticio, una ficción que acabará por engullirnos a todos.

3 comentarios:

Leo Garvas dijo...

Me sonó un poco drámatico y resultado de una depresión. Caray, una percepción alterada por la experiencia y no moldeada por algo más cercano a una realidad generalizada. En fin. Saludos.

Pedro Estudillo dijo...

Estoy contigo. Yo sólo me aferro con uñas y dientes a lo poco de que dispongo que me haga sentir medianamente libre. Pero cuando apago la computadora... todo sigue igual de deshumanizado y la injusticia sigue predominando.
Aunque al menos durante un rato me he sentido bien y libre. Supongo que ese será el triunfo de los poderosos.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

En el sentido de la realidad más cercana,Leo, en la mía, soy un hombre completamente feliz,pero no con esa felicidad plástica que nos pretenden meter en vena, no, con la otra,la de la plenitud de las cosas inmateriales.
Desde el punto de vista depresivo, quizá mi experiencia me diga que no hay forma de comunicación más impersonal que la de Internet, a la que no nos queda más remedio, al menos a mí, de aferrarnos, para mantener un ápice de comunicación intelectual con alguien.

Y como dice Pedro las injusticia, la incomunicación ahí fuera es terrible, por lo menos para seres sensibles como adivino que tanto Pedro como Leo sois.

saludos