Por muchos muros que construya la intolerancia de los hombres,
siempre habrá una grieta por la que podrá colarse la esperanza.
Soy hombre de tierra,
por primera vez navego,
tengo sed, hambre, y frío.
Somos almas afligidas
que atrapadas por un sueño,
navegan hacia la orilla de Ítaca,
esperando ser recibidos
por Penélope.
Por muchos muros que construya la intolerancia de hombres poderosos,
más derribarán las esperanzas de hombres honestos.
Del poemario 13 Náufragos de Salvador Moreno Valencia
3 comentarios:
Me sumo a la intención y aplaudo las maneras.
Gracias
bello...
Gracias Enrique por aplaudir estas humildes maneras de reventar.
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